El decálogo de los expertos para frenar al picudo rojo
Agricultura divulga una serie de pautas para prevenir su acción · Desde 2005 la plaga está fuera de las zonas de control
Desde su detección por primera vez en la Costa Tropical, en concreto en la localidad de Almuñécar en 1995, el picudo rojo se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para los municipios, que han visto cómo esfuerzo y dinero se han ido por la borda intentando conservar unas palmeras que hasta que esta larva hizo su aparición cumplían muy bien su función ornamental y medioambiental.
Desde hace 16 años, la Consejería de Agricultura y Pesca viene realizando un importante despliegue de medios materiales y humanos para combatir esta plaga. Al principio, al tratarse de un foco muy localizado, sus actuaciones, como la puesta bajo control fitosanitario de las palmeras sensibles en el área afectada y el arranque y destrucción de aquéllas cuyo grado de afección representaba un riesgo fitosanitario o de seguridad ciudadana, estaban arrojando resultados muy positivos. Pero, a partir de 2005, se produjo una explosión de esta plaga fuera de las zonas de control, debido a un incremento en la demanda de palmeras para la urbanización de las avenidas y zonas residenciales de muchos pueblos que favoreció la entrada de este parásito desde países exportadores contaminados (Egipto, fundamentalmente). Esta situación se hizo extensiva a otros países del arco mediterráneo como Francia (zona costera), Italia, Portugal y Grecia.
La experiencia acumulada por la Administración autonómica durante todos estos años de lucha contra el picudo ha revelado que la coordinación y formación de todos los agentes implicados -Consejería de Agricultura y Pesca, Ayuntamientos y propietarios privados- es una medida completamente imprescindible para detectar la plaga de forma precoz y controlarla con tratamientos preventivos. De hecho, y dado que este parásito se halla dentro de la palmera y que la duración media de su ciclo de desarrollo interior puede durar hasta tres años sin que se perciban signos exteriores de daños, es muy difícil frenar su expansión mediante acciones basadas exclusivamente en el corte y destrucción, como en el pasado se hacía. En ese sentido, actualmente se constatan más de 20.000 palmeras canarias retiradas, que han supuesto un gasto de 9 millones de euros en toda Andalucía, imputable a las medidas de erradicación (por arranque y destrucción de árbol).
Por otro lado, en aquellos municipios en los que se ha seguido un plan coordinado de tratamientos, han demostrado ser muy útiles para el control de esta plaga las medidas preventivas como tratamientos con productos fitosanitarios o nematodos y hongos entomopatógenos, endoterapia mediante inyección localizada en el tronco y trampeo.
En el marco de la política de prevención que actualmente se aplica, la Junta ha elaborado un folleto dirigido al personal técnico de parques y jardines de los ayuntamientos y empresas especializadas, ya disponible en su web. La Consejería de Agricultura y Pesca ha desarrollado un decálogo de medidas para la prevención y control de la principal plaga de las palmeras, el rhynchophorus ferrugineus, conocido comúnmente como curculiónido ferruginoso o picudo rojo, que ha plasmado en un folleto divulgativo, dirigido al personal técnico de parques y jardines de los ayuntamientos y empresas especializadas. Esta actuación se enmarca dentro de su Plan contra el Picudo Rojo, en el que se contemplan, entre otras, medidas de formación y divulgación, que se vienen realizando por parte de la Dirección General de la Producción Agrícola y Ganadera.
Por otro lado, la Consejería ha intensificado estos últimos años el control del movimiento de palmeras en los centros de producción (viveros) como forma de garantizar que el material de plantación está libre de la plaga.
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