Hay quien opina que ciertos alimentos no saben igual si no se comen con las manos y no son los más pequeños los únicos a los que les gusta coger una patata frita del plato sin usar el tenedor. Sin embargo esta actitud, habitual en determinados ambientes y signo de mala educación en otros, se ha convertido ahora en una moda de las denominadas chic.

Las finger food parties son la última novedad entre las reuniones de amigos. Las cenas o comidas en las que la colocación de los cubiertos en la mesa se convertía en uno de los puntos más importantes y al mismo tiempo más complicado de conseguir, se queda a un lado con este nuevo tipo de eventos, en los que la cubertería cede el protagonismo a los dedos. Se trata de un nuevo concepto gastronómico que quiere huir de la apariencia de vulgaridad y diferenciarse radicalmente de otro tipo de comida, como la fast food o algunas tapas, en las que también se usan las manos como instrumentos para alimentarse. Tampoco se trata de una opción para comer fuera, sino que está pensado para hacerlo en casa, recetas innovadoras y de diseño, con un tamaño reducido que pueda caber entre los dedos y que se puedan comer de un bocado. Sin embargo y aunque pueda identificarse con un aperitivo, se diferencia de ello porque después de un aperitivo hay una posterior cena o almuerzo, mientras que la finger food no es un tentempié previo sino una plato principal.

Los partidarios de este tipo de formato encuentran numerosas ventajas en este concepto de comida. Lo principal y en eso coincidirían muchas personas, incluso no siendo chic o innovadoras, es que se elimina trabajo y es que en una cena multitudinaria olvidarse de tener que fregar cubiertos cuando se acabe es una alivio para los anfitriones. Además se trata de alimentos sin salsas, lo que los hace más ligeros y que no hay que servir calientes, lo que permite que se puedan preparar con antelación y poder despreocuparse de la cena cuando los invitados empiecen a entrar.

El menú que se puede ofrecer a los asistentes es variado, desde los alimentos clásicos sin cubiertos: croquetas, tortilla o empanadillas hasta pequeñas muestras de la cocina más novedosa. Cualquier producto que haya sido cocinado con un formato adaptado a las necesidades especiales de este tipo de evento, puede ser incluido en la cena o el almuerzo.

La presentación será el otro punto fuerte, tratando de no caer en lo tópico, huyendo del pan para acompañar todos los aperitivos y dándole importancia a la vajilla y la cristalería, ya que los cubiertos han sido eliminados.

A partir de ahora cuando se acuda a una cena o comida no habrá que preocuparse de si se usa o no el cubierto adecuado a cada alimento. Esta nueva tendencia supondrá para muchos, además de libertad un alivio en las reuniones sociales.