La defensa de los titiriteros hace público el guión de la obra que los llevó a prisión

Defienden que la consideración del texto debe ser ajena del examen jurisdiccional al quedar amparada en el Derecho de creación

E. P. Granada

23 de abril 2016 - 01:00

La defensa de los titiriteros Alfonso Lázaro y Raúl García ha hecho público el guión de la obra de teatro protagonizada por La Bruja y Don Cristóbal que condujo a que el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno les mantuviera en prisión durante cinco días y hayan sufrido la "estigmatización social" y la obligación de comparecer periódicamente en los juzgados.

Los abogados Jaime Montero y Daniel Amalang defienden que la consideración de que una obra de ficción debería ser ajena del examen jurisdiccional al quedar amparada en el Derecho de creación artística reconocido en nuestra Constitución, pues, en su opinión, lo contrario implica el "establecimiento indirecto de un mecanismo de censura impensable en un Estado de Derecho".

Los letrados explican que sus clientes siguen sufriendo los perjuicios que derivan del hecho de que la causa continúe abierta en la Audiencia Nacional y deban cumplir medidas cautelares como las comparecencias periódicas en el juzgado, la prohibición de salir del territorio nacional y la retirada del pasaporte. "

Por ello, han adoptado una "posición de búsqueda activa de un pronto archivo" del procedimiento y han decidido permitir que no solo el instructor, sino el conjunto de la sociedad, pueda comprobar el contenido de la obra.

Dos madres presentes durante todo el espectáculo declararon hace unos días ante el juez que los niños que vieron la representación en el barrio madrileño de Tetuán "estaban más aburridos que otra cosa" y no entendieron el contexto. Según dijeron, le parecieron más violentos los dibujos de Bob Esponja. El magistrado ya tomó declaración el pasado 16 de marzo a dos padres que asistieron a la representación y dos sanitarios que también estuvieron presentes. Aseguraron ante el juez que la obra les resultó muy violenta y les escandalizó aunque no entendieron su contexto, ya que se escenificó en esperanto y no en castellano. Una de las testigos, madre de un niño de dos años denunció la representación ante la Policía en una cafetería cercana.

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