"Los deportistas se están viendo obligados a superar límites por encima de lo fisiológico"

-La especialidad que practica es la neurofisiología y en concreto basa gran parte de su trabajo en el electromiograma, ¿en qué consiste esta técnica?

-El electromiograma incluye también el electroneurograma y consiste en la evaluación electrofisiológica del sistema neuromuscular periférico que, simplificando, está integrado por los nervios y músculos. Medimos la velocidad de conducción nerviosa y otros parámetros de actividad electromuscular en personas que presentan síntomas como adormecimiento de extremidades, debilidad o sensación de hormigueo. Por ejemplo, las personas a las que le duelen y se les duermen las manos por las noches es posible que tengan un nervio comprimido en la muñeca, es lo que conocemos como el síndrome del túnel carpiano y se valora con un electromiograma.

-Y, además, lo aplica al ámbito deportivo.

-Colaboro con la International Sports Medicine Clinic (ISMEC) en valoración electromiográfica de deportistas de élite tanto para su diagnóstico como para proyectos de investigación. He tenido la oportunidad de valorar a campeones del Mundo o de España de diferentes especialidades deportivas como windsurf, triatlón, tenis o natación.

-¿Y por qué se decantó por esta parte de la Medicina?

-Después de hacer el MIR todos los médicos sufrimos un periodo de incertidumbre en cuanto a la selección de plaza, así que visité muchos servicios y hospitales. Tras meditar algún tiempo decidí que quería realizar la especialidad en Granada y dedicar mi carrera médica a la neurofisiología clínica. Me llamaba mucho la atención en un primer momento realizar una especialidad donde se objetiva nuestro cuerpo durante el sueño pudiendo diagnosticar alteraciones del mismo.

-En los últimos años, los medios se han hecho eco de algunas muertes en el deporte por paradas cardiorrespiratorias, ¿es posible detectar este tipo de factores de riesgo?

-Sí. Lo ideal es hacerse un estudio cardiológico por el especialista con electrocardiograma, ecocardio y últimamente los test genéticos están tomando un papel importante.

-Tal vez, influye también el alto grado de exigencia que tiene el deporte de élite actual.

-Las diferentes disciplinas deportivas cada vez exigen más a los deportistas y éstos a veces se ven obligados a superar límites por encima de lo fisiológico. Al superar estos límites ocurren las lesiones. Las lesiones de nervio no son muy frecuentes en el deportista de élite, pero cuando ocurren suelen pasar desapercibidas, con una demora en el diagnóstico de meses e incluso años. Ello hace más complicada su recuperación.

-Durante sus exploraciones a deportistas, ¿ha tenido que dar algún diagnostico duro que haya impedido seguir al deportista con su labor?

-En alguna ocasión sí. Para mí lo más duro es cuando me he encontrado a jóvenes promesas del deporte con una lesión irrecuperable. Recuerdo a un joven de catorce años subcampeón de Andalucía en su categoría de gimnasia deportiva que tenía problemas en un hombro tras una competición que tuvo unos meses antes. Después de realizarle un electromiograma objetivé que tenía una lesión muy severa del nervio espinal accesorio, que probablemente no se podría recuperar de forma completa, como se confirmó posteriormente, y se ha tenido que retirar de competir.

-¿En qué punto se encuentra su especialidad a nivel nacional?

-Es una especialidad que está plenamente consolidada en España y en continuo auge. Por ejemplo, gracias a la monitorización neurofisiológica intraoperatoria se ha conseguido poder realizar intervenciones de neurocirugía o traumatología que antes eran impensables por el riesgo de secuelas neurológicas. En la monitorización intraoperatoria el neurofisiólogo indica posibles daños neurológicos a tiempo real, es decir, durante la intervención, sin tener que esperar al periodo postoperatorio, donde las lesiones ya están establecidas y no son recuperables.

-Aunque desarrolla su labor profesional en el ámbito privado, ¿cómo valora el momento que vive la Medicina en España?

-La formación de médicos y resto de profesionales sanitarios es buena en líneas generales, pero la organización del sistema sanitario es mejorable. Yo recuerdo cuando trabajaba en Suecia que si un paciente tenía cita a las 11:00 horas y a las 11:10 no lo había visto en consulta, tenía que salir a excusarme y explicarle el motivo del retraso. En la parte de España que conozco, la gran presión asistencial impide al médico dedicarle al paciente todo el tiempo que necesita. Se ve encubierto por los grandes tiempos de espera en las consultas.

-¿Y en Granada?

-Se están haciendo muchos esfuerzos y el PTS creo que ha sido una excelente apuesta sanitaria, docente, de investigación y desarrollo empresarial. Yo ya estoy trabajando en él y espero que el nuevo hospital sea una realidad a corto plazo.