El día de los abuelos, cubierto de espuma
El alcalde de Granada, que se unió a la fiesta al considerarse uno más de ellos, acabó bajo las burbujas del Cuerpo de Bomberos
El acto de celebración del Día de los Abuelos que tuvo lugar en la Residencia Hermanitas de los Pobres de Granada en la mañana de ayer no dejó indiferente a ninguno de los asistentes.
El homenaje a los mayores y a todos los Joaquín y Ana comenzó bajo la atenta mirada de José Torres Hurtado, alcalde de Granada, con las declaraciones de un abuelo y su nieta: José Antonio Arregui y Mercedes Romero.
Ambos, encargados de la lectura del bando del día, expresaron su gratitud por poder representar a la festividad de San Joaquín, que fue padre y abuelo, y por tanto está dedicado a ellos mismos.
Este acto sirvió, en palabras de Arregui, "para apreciar a nuestros mayores y dotar a esta fecha, 26 de julio, con un valor simbólico de reconocimiento institucional".
Por su parte, Mercedes, nieta de José, afirmó que la figura del abuelo "representa en nuestra infancia una inmensidad de momentos felices" y que es un honor "que se fije para ellos una fecha para recordar la suerte que tenemos de tenerlos".
Con este homenaje se celebró una "fiesta de la gratitud" que sirve para devolverles con ternura todo lo bueno recibido por su parte, con la intención de que cobren "el protagonismo merecido durante todo el año el día 26 de junio".
Tras estas palabras y la actuación musical de los coros de los centros de día de personas mayores, dirigido por Pedro Antonio Pérez, el alcalde de Granada comenzó su discurso agradeciendo a las Hermanitas de los Pobres su labor con estas personas insistiendo en "su magnifica labor".
Torres Hurtado manifestó públicamente que la celebración de este año había cobrado un significado distinto, especial para él.
"Yo formo parte ya de la comunidad de los abuelos , soy uno de vosotros", declaró el alcalde.
Además, reafirmó que todos aquellos que tienen a su lado a sus abuelos "no saben la suerte que tienen de poder aprender de ellos".
Torres Hurtado aseguró que, no hace muchos años, "eran los abuelos los que transmitían la sabiduría de generación en generación" y que, a pesar de la cantidad de información que recibimos hoy en día por parte de los medios, "el consejo que transmitimos los abuelos a nuestros nietos no debe perderse nunca". En la misma línea, y en un discurso narrado en primera persona del plural, el alcalde, en un acto fuera de guion y que, "no está escrito en el Bando", quiso desear una felicidad plena en los años venideros a todos los asistentes al homenaje.
Una vez finalizado el discurso, Torres entregó tanto al abuelo y su nieta como al director de los coros una condecoración de agradecimiento por los servicios ofertados.
Pero lo mejor estaba aún por llegar. El Cuerpo de Bomberos encendió la manguera de espuma mientras la ilusión de los niños que deambulaban por sus alrededores se aceleraba fervientemente.
Mientras tanto, Torres Hurtado atendía a los medios y explicaba el orgullo que supone para un alcalde poder sumarse un año más a una fiesta en la que "el Ayuntamiento agradece, de una manera especial, la labor que están ejerciendo desde hace tantos años las Hermanitas de los Pobres".
Así, ambos acontecimientos se aunaron en uno solo y el alcalde acabó empapado de espuma. Una situación que no le impidió bromear sobre ello y, en relación a la cuestión que se le realizó sobre el ruido generado por Cervezas Alhambra: "Las cervezas también tienen espuma, como yo".
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