El efecto Obama
Un año después de la visita de la primera dama de EEUU a Granada, el turismo norteamericano ha aumentado un 27%
Por Granada pasan cada año millones de turistas. Sus monumentos son el principal reclamo para pasar unos días en la ciudad y no hacen falta acontecimientos extraordinarios para que sea un destino ideal. Pero hay hechos que sin duda alguna contribuyen a mejorar la publicidad y ganar clientela. Ser escenario de alguna película, recibir la visita de personajes conocidos o protagonizar programas turísticos televisivos, muy de moda últimamente, ayudan a que muchas personas se vean atraídas por este efecto y decidan visitar una ciudad. Eso es lo que le ha pasado a Granada con los turistas americanos. Mañana se cumple un año de la visita de la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, a la ciudad con motivo de las vacaciones que pasó en España con su hija pequeña, Sasha.
Aunque fue un viaje fugaz, el recorrido de Mrs. Obama por la Alhambra lo conocieron todos sus compatriotas. Y esta visita, unida a la crisis económica que hace buscar destinos más asequibles y a la reducción de viajes a otras zonas mediterráneas por las revueltas políticas como Túnez o Egipto, hacen que España y en concreto Granada se hayan beneficiado. Un año después de la famosa visita, el número de turistas norteamericanos que acuden a Granada se ha incrementado por encima de la media andaluza y nacional.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística que maneja también el Patronato Provincial de Turismo, en 2010 el número de viajeros estadounidenses alojados en hoteles de la provincia fue de 97.916, un 27% más que el año anterior. Aunque la cifra está aún lejos de los datos registrados en 2001 (año en el que se alcanzaron un mayor número de visitantes, superando los 107.000), el turismo americano, que había ido fluctuando en la última década, parece dar síntomas de recuperación.
Así, EEUU se situó el año pasado como el segundo país emisor internacional de turismo hacia la provincia de Granada, sólo superado por Francia (104.841) y seguido de lejos por Alemania (74.976), Italia (73.689), Reino Unido (67.868) y Japón (95.395).
Desde la Asociación de Hospedaje de Granada, Rafael Piñar, que confirma este incremento, no lo achaca todo a la visita de Michelle Obama sino también a la coyuntura económica y a la situación de otros países que hasta ahora eran referencia turística para los americanos. Y aporta un dato más. "Según el último informe que hemos recibido del portal de reservas on-line Expedia, uno de los más utilizados en EEUU, el 26% de los americanos que reservó por este canal tenía como destino Granada".
Una muy buena noticia para el sector ya que "si hace unos diez años había muchos turistas de esta procedencia y luego cayó la cantidad, ahora estamos viendo de nuevo un repunte considerable", dijo. Y desde luego la visita de Michelle Obama ha contribuido. "Todas las visitas de este tipo tienen reacciones positivas y la de la primera dama no tuvo precio. En publicidad no había con qué pagarlo, al igual que ocurrió con la visita de Bill Clinton cuando era presidente", añadió Piñar. En general los hoteles han notado un crecimiento del 10% respecto al año pasado.
Desde el Ayuntamiento valoraron ayer la visita. Y mientras el concejal Fernando Egea, como alcalde en funciones, dijo que sí tenían conocimiento del aumento del turismo, el concejal de IU Francisco Puentedura aseguró que Granada es "suficientemente conocida como para que no tenga que venir ningún presidente ni ninguna consorte del presidente Estados Unidos para ir promoviendo el turismo en nuestra ciudad". Para Puentedura, "no se ha traducido el aumento en la ocupación hotelera y el del incremento de los visitantes en la ciudad".
La visita se produjo el 5 de agosto de 2010. Fueron apenas siete horas pero muy intensas. Michelle Obama, su hija Sasha y un gran séquito de acompañantes y guardaespaldas llegaron, vieron y Granada les cautivó. Un año después, los lugares por los que pasó siguen su funcionamiento rutinario. Y aunque en datos generales de turismo se ha demostrado el incremento del visitante americano, a pie de calle los agraciados con la visita tampoco han notado gran diferencia ni beneficio que les haga recordar la fecha como un antes y un después.
El primer sitio que visitó fue la heladería Los Italianos, el lugar donde tomar con toda probabilidad los mejores helados artesanos. Dos de sus responsables, Cecilia y Paola, la segunda generación al frente del negocio, recuerdan la visita como "muy agradable". Y aunque no hay clientes que vayan pidiendo el helado que tomó Michelle, todo son halagos. Con todo, al negocio no le hace falta publicidad extra ya que ha atendido a famosos de renombre internacional en todos sus años de historia. "Ella se tomó un cucurucho de chocolate, trufa y gianduia, porque sabíamos que le gustaba el chocolate y quería este sabor. La niña y sus amigas tomaron tarrinas de sabores variados y straciatella", dice Paola. "Nos gustó atenderla y lo hicimos como atendemos a todos nuestros clientes, con respeto y normalidad, pero sí que fue encantadora", recuerda.
Tras refrescarse, la comitiva cruzó la Gran Vía para visitar la Capilla Real y la Catedral. Fuentes del monumento aseguran que ya los visitaban muchos turistas americanos antes de la visita de Michelle, en concreto colegios y estudiantes universitarios. Más allá de estas visitas, no han tenido turistas que pregunten por lo que visitó la primera dama en comparación con Clinton. Aquella vez "sí que preguntaban dónde estaba el mirador y a qué hora tenían que subir para ver el atardecer". Obama firmó en el libro de honor y prestó especial atención al cuadro de la entrega de las llaves de la ciudad.
Desde allí se fue al Sacromonte, a la Cueva de la Rocío, donde disfrutó de un espectáculo flamenco. El bailaor Juan Andrés Maya, que actuó para ella, asegura que ellos sí se han visto beneficiados por Michelle, que hasta se arrancó por tangos. De hecho, calcula que las reservas y la asistencia a la cueva se han podido incrementar más de un 10% y que cada vez son más los turistas norteamericanos que pasan por ella y se fotografían incluso en la silla en la que estuvo sentada.
Desde el Sacromonte la caravana de coches oficiales las dejó directamente en el Parador de San Francisco, ya en el recinto de la Alhambra, donde tomaron un tentempié de tarde. "Después del viaje sí notamos que había gente que venía a ver la terraza donde estuvo cenando y que preguntaba si podía ver el parador, pero reservas de estancias propiamente dichas por este motivo, no", aclaran desde el establecimiento. Aunque no dejan de ser realistas y de valorar los beneficios para Granada que tienen este tipo de visitas.
Su estancia en Granada terminó con una visita a la Alhambra, la joya de la corona. Le impresionó tanto que la Casa del Rey informó de que la primera dama había comentado en la recepción real en Marivent las maravillas del monumento granadino.
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