El efecto 'boomerang' de los discos de vinilo
El bar Loop, en San Matías, es una muestra de la vigencia de un formato que era terreno acotado de coleccionistas
Los dj nunca les volvieron la espalda, pero el gran público los descartó como un artículo arcaizante. Los snob y los melómanos fueron los primeros en enterrar sus vinilos para rendir culto al CD. Pero las tornas han cambiado. Los discos son ahora los más 'in'. De estar en cajas en los trasteros, los que no fueron a parar a la basura, han pasado a ser venerados en custodias. Si su sonido antes no alcanzaba la calidad del CD ahora resulta que tiene un encanto nostálgico que supone un plus. Pocos son los amantes de la música que se han mantenido firmes en su defensa. Entre ellos están los tres propietarios del bar Loop de la calle San Matías, un local destinado a la venta de vinilos.
La trinidad del Loop son Marc Fernández, Juan Francisco García y Rafa Carazo. En Holanda, Estados Unidos y mediante compra directa a sellos discográficos -como Green Ufos, Subpop o Wild Punk- van expurgando la producción musical en vinilo para ofrecérsela a sus clientes. Los discos que venden tras la barra-mostrador, los mismos que suenan en el local, son de unos 300 grupos diferentes.
El CD ha perdido el terreno que han ganado MP3, MP4 y iPod, pero según afirman Fernández y García, cada vez son más los grupos que apuestan por sacar sus trabajos en vinilo. "De los que a nosotros nos gustan, casi el 70 o el 80 por ciento", apuntan, y matizan que "lo normal es que ahora los trabajos salgan en CD y en disco. Algunos grupos, incluso, sólo sacan vinilo y luego te dan un código para que te lo descargues de internet". "El CD se está quedando atrasado y tiene los días contados. En cambio, el disco ha logrado superar la crisis", añaden.
Una prueba de que el vinilo ha resurgido de sus cenizas es que grandes cadenas como Fnac han vuelto a venderlos desde hace un año. "Normalmente lo que hay en las grandes superficies son paquetes con ediciones de lujo que se acompañan de algún libro de fotos o de la historia del grupo", relatan los propietarios del Loop. Los precios de esas ediciones de lujo pueden superar los 50 euros pero los discos normales cuestan aproximadamente lo mismo que un CD.
Y en cuanto a sus preferencias musicales, las mismas que pueden adquirirse en Loop, van del indie, el pop, el rock , la electrónica o el soul. Grupos como Señor Chinarro o Sol y Nieve.
El perfil de los compradores de discos, por lo menos de los que llegan al local granadino, es muy variado: "Se trata de gente de entre 15 y 60 años a los que les gusta mucho este tipo de música".
¿Pero qué aparatos reproducen ahora la música de unos objetos que estaban obsoletos? Pues los mismos que utilizan aquellos que nunca le dieron la espalda: los platos de las mesas de mezclas de los dj, los gurús que desde los púlpitos de sus cabinas siempre han dado fe de la modernidad del vinilo.
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