Quienes viven por la zona del antiguo botellódromo y de las calles por las que pasó el sábado por la tarde la carrera Holi Live, se despertaron ayer con los 'efectos secundarios' de una fiesta que tuvo unos protagonistas claros, los polvos de colores. Protagonistas tanto en el momento de la carrera como después.

Sí es cierto que este año los efectos colaterales de esta carrera han sido menores que la edición pasada, tras la que hubo incluso que desechar el uso de un color por la persistencia de su tinte. Con todo, ayer amanecían algunas calles, portales, coches, bordillos, bancos, carreteras... con un tono diferente al habitual. Hasta alguna calle parecía sacada de película con un tono totalmente morado.

El Ayuntamiento tenía previsto un plan especial de limpieza tras la celebración de la carrera precisamente para eliminar las manchas de los polvos que se iban lanzando durante la carrera y que son el centro de la Holi Live. De hecho, por la mañana seguían limpiando con agua a presión, incluso los coches, pero pese a todo se mantuvieron manchas y fueron muchos los comentarios de vecinos descontentos y los mensajes en redes sociales avisando de los puntos pendientes de limpiar.

La Holi Live reunió el sábado en Granada a unas 5.000 personas que participaron en la segunda edición de una fiesta que recorre distintas provincias en una jornada que mezcla el deporte con la diversión. El punto central de la convocatoria fue el antiguo botellódromo, que con actividades como esta busca ofrecer otros eventos alternativos de ocio a los jóvenes granadinos.

Familias enteras, jóvenes, pandillas, amantes del deporte... la jornada comenzó a las cuatro de la tarde y se prolongó hasta las nueve de la noche. La carrera discurrió por calles como Arabial, Camino de Ronda, Estadio de la Juventud, Carretera de Málaga, Padre Marcelino o Recoletos.