Excelentísimo Presidente

"Lo más eficaz es que un joven de un barrio marginal eduque a sus amigos"

  • Ha llevado a la práctica la frase que dice que para educar hay más espacios que las aulas de los colegios y, con ese lema por bandera, lleva años poniendo su granito de arena en las barriadas más difíciles de Andalucía

Hace ya muchos años, Miguel Ángel Caballero decidió posicionarse y, desde entonces, no ha cambiado de bando. Conoce cada una de las barriadas marginales que hay en Andalucía no sólo por sus nombres sino porque ha vivido y ha trabajado en ellas y, sobre todo, se ha involucrado con su gente. Miguel Ángel es pedagogo de profesión, pero su vida se mueve dentro de la intermediación juvenil. Desde este campo, ha evolucionado no sólo profesionalmente sino personalmente, afrontando retos y creando asociaciones desde las que cambiar todo aquello que se puede cambiar y mejorando todo lo que se pueda mejorar.

En estos momentos sus miras están puestas en NAO, la asociación de intervención social que creó hace unos años y con la que tiene todo un verano repleto de actuaciones. Huerta de San Antonio, en Motril, y el barrio del Zaidín, en la capital serán los dos escenarios en los que pase su verano. No se alojará en hoteles ni pasará las horas de calor tumbado en una hamaca; vivirá en un centro educativo y las horas de calor las pasará junto a jóvenes conflictivos a los que dará alas para creer en ellos mismos y en un proyecto social que cambie las cosas en su entorno.

Y es que si hay algo que le ha quedado claro durante todos estos años de trabajo es que "no hay nada más eficaz que un joven eduque a otro". Miguel Ángel, al que los chavales con los que ha trabajado conocen como 'Migue', 'Chato' o 'Pecho', asegura que arrancar desde cero en una barriada en la que los adolescentes son los ejemplos de términos como fracaso escolar, violencia o falta de habilidades sociales no es nada fácil. Pero firma donde tenga que firmar para añadir que cuando te ganas la confianza de la gente de estas zonas "no hay nadie más fiel ni comprometido con la causa que ellos.

Una de sus primeras iniciativas fue la de crear mediadores dentro de los barrios. "Eran gente de allí, chavales con madera de líder que con formación podían ser clave en el cambio social de todos los que les rodean". Ahora, cuando vuelve la vista atrás sonríe al recordar que muchos de esos jóvenes con los que trabajó en las tres mil viviendas de Sevilla, en el Polígono de Almanjáyar o en el barrio las Palmeras de Córdoba, ahora se dedican a ejercer de educadores sociales de manera profesional continuando el mismo camino que él les mostró.

Mientras unos critican a la juventud de ahora, el presidente de NAO es de los que piensa que "cualquier tiempo pasado no fue mejor". Dice que ahora tenemos las mismas penas y alegrías de hace unos años, con la diferencia de que en estos días todo coge más velocidad... "todo, desde la deforestación del planeta al consumo de estupefacientes pasando por la creación de diferencias entre iguales". Reconoce que hay claves para que todo cambie pero que también hay piedras en el camino. "Los intereses políticos son una de las trabas con las que las asociaciones nos encontramos". Miguel Ángel Caballero cuenta que, normalmente, los políticos buscan o necesitan un éxito que llegue cada cuatro años, "y este trabajo es una carrera larga, de fondo, que garantiza éxitos pero también fracasos y donde no puedes poner fechas en el tiempo porque trabajamos con personas que actúan de maneras diferente".

Sus palabras reflejan las horas de trabajo y de convivencia que ha pasado en la calle, "una de las grandes aulas de la educación" y para que nada caiga en el olvido y, sobre todo, pueda servir de ayuda a todos los educadores sociales que están por llegar, el presidente de NAO, presentó hace unas semanas su libro Líderes y Mediadores Juveniles, donde explica todas las técnicas y planes que él y su equipo ha utilizado a lo largo de sus años de trabajo. "Soy consciente de que este libro puede servir de ayuda a todos aquellos monitores o equipo de trabajo que en un momento dado se encuentren perdidos o sin saber qué hacer. Se plantea con estructura de campamento y todo, ambientado dentro del mundo del boxeo", expone.

Siguiendo esta idea, Miguel Ángel cuenta que en este largo camino de la intervención social y juvenil se puede "bajar la guardia" pero nunca "tirar la toalla".

Es incansable y cuando se le pregunta a Miguel Ángel qué beneficios le aporta este trabajo es contundente: "Estos niños me mantienen vivo, sano, me ayudan a ser más solidario y a darme cuenta realmente de lo que aquello que es imprescindible y lo que es necesario... Ellos, conflictivos, peligrosos o como se les quiera llamar tienen un corazón ingenuo con el que dar grandes lecciones".

Evidentemente, con estas razones está claro porqué hace años se posicionó al lado de los jóvenes. Todo lo que ha aprendido en este tiempo demuestra que no se equivocó en su elección.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios