Un hombre de 45 años ha sido puesto a disposición judicial en calidad de investigado por estafar a varios vecinos de Armilla, en el Área Metropolitana de Granada, haciéndose pasar por instalador autorizado de una empresa de gas, de la que había sido despedido y de la que seguía usando unas credenciales falsificadas.

El responsable de esta empresa denunció que estaban recibiendo numerosas quejas de clientes a cuyos domicilios había acudido un antiguo empleado utilizando unas credenciales falsificadas, manipulaba los contadores de gas, les cobraba 300 euros y no les daba factura, lo que generaba un grave daño a la imagen de la referida firma.

A esta primera denuncia se unió la de un vecino de Churriana de la Vega que acudió a la Guardia Civil porque lo habían estafado. Un supuesto instalador de gas llegó a su domicilio y le dijo que podía optimizar el aprovechamiento y, de ese modo, reducir el consumo, lo que redundaría en que al final pagaría una factura mucho menor.

El denunciante accedió, vio como el hombre quitaba el contador del gas, lo manipulaba y lo volvía a colocar en su sitio. Al terminar cobró por ello 300 euros, el denunciante le pidió la factura y el supuesto instalador le dijo que se la entregaría unos días después.

Tras varios días esperando y no recibirla, se puso en contacto con la empresa y allí le contestaron que había sido estafado.

Tras las denuncias, los investigadores de la Guardia Civil han localizado al hombre y lo han investigado como presunto autor de un delito de estafa y de un delito contra la propiedad industrial.

La compañía suministradora del gas ha informado de que las instalaciones y las revisiones periódicas que realizan no se abonan a los operarios que las llevan a cabo. Estos no están autorizados a cobrar y es la compañía la que, tras la revisión, pasa la factura al cliente, ha informado este miércoles la Guardia Civil.