Granada

Nueve de cada diez empleados creen que el trabajo afecta a su salud

  • La última Encuesta Andaluza de Condiciones de Trabajo constata que la crisis ha empeorado los riesgos psicosociales a los que se enfrentan los trabajadores Un 28,1% teme perder su empleo en los próximos seis meses

El trabajo se ha convertido en la principal preocupación de los granadinos. Quienes no lo tienen, porque buscan desesperadamente volver a ingresar en el mercado laboral. Y, quienes lo tienen, porque temen perderlo en una situación económica en la que el despido se ha facilitado al máximo y las regulaciones de empleo son el pan de cada día del mundo empresarial. El trabajo, hoy más que nunca, es fuente de ansiedad. Y la estabilidad laboral, el futuro de un puesto de trabajo que en demasiadas ocasiones es precario y que, en todo caso, nunca es cien por cien seguro, es una de las principales fuentes de estrés de los trabajadores. 

De hecho, en la II Encuesta Andaluza de Condiciones de Trabajo, elaborada por el Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, queda perfectamente reflejado hasta qué punto la posibilidad de la pérdida de trabajo tiene entre la espada y la pared a muchos granadinos. Según el informe de los factores psicosociales de riesgos laborales que sufren los granadinos, un 28,7%, casi un tercio de los empleados por cuenta ajena de la provincia, teme perder su trabajo en los próximos seis meses. Aunque la gran mayoría (un 60,2%) está 'tranquilo' respecto a su estabilidad laboral, que uno de cada tres trabajadores tenga esa espada de Damocles acechando no es precisamente halagüeño. 

Este riesgo, esta fuente de inestabilidad, ha aumentado exponencialmente en los últimos años. En la primera Encuesta de Condiciones de Trabajo elaborada por la Junta de Andalucía en 2008, apenas un 14,8% de los trabajadores encuestados temía perder su empleo a corto plazo, lo que evidencia que la crisis pesa, y mucho, sobre la salud mental de los trabajadores.

 

No es este el único dato que evidencia cómo el trabajo puede afectar a la salud psicológica de los empleados. Los desacuerdos respecto al sueldo o las posibilidades de ascender en la escala de mando son otras de las fuentes de conflicto que se dan en el ambiente laboral, y son bastantes los trabajadores que no están nada de acuerdo con el equilibrio entre su salario y el trabajo que desempeñan. En Granada, un 34,5% de los empleados asegura que cobra menos de lo que debería, mientras que un 42,2% sí que está satisfecho. Además, hay un 31% de granadinos con empleo que asegura que su trabajo no le ofrece ninguna posibilidad de promoción. Otro dato clave es el de la apreciación de la carga de trabajo, ya que un 11,5% de los encuestados granadinos asegura que su labor es "excesiva y se siente agobiado".

 

El vicedecano del Colegio de Psicólogos de Andalucía Oriental y vocal del Grupo de Psicología del Trabajo, Manuel Vilches, constata que el nivel de estrés y ansiedad laboral ha crecido con la crisis, por lo que "hay un aumento de gente que acude a pedir ayuda". Y no sólo de empresas privadas, sino también de administraciones públicas. "Ahora la sensación del riesgo de perder el empleo se tiene por igual", explicó Vilches.

La conclusión, en cualquier caso, es clara: la salud y el trabajo están indisociablemente unidos. De hecho, según la Encuesta de Condiciones Laborales, un 87,7% de los trabajadores granadinos cree que su empleo está deteriorando su salud, que el desempeño de su puesto de trabajo, a largo o corto plazo, va a hacer que se resienta. 

 

Sin embargo, aunque los casos de estrés laboral hayan aumentado considerablemente -según la encuesta, un 39,8% de los trabajadores asegura sufrirlo-, la crisis lleva aparejado otro fenómeno que ha provocado que las bajas y el absentismo sean bastante menores. "Antes los que padecían las consecuencias del estrés laboral se daban de baja y hoy en día prefieren no hacerlo por el riesgo de perder su trabajo", explica el vicedecano del Colegio de Psicólogos, que asegura que "hemos pasado de un periodo de vigilancia del absentismo, cuando se perseguía porque había gente que abusaba, a un periodo en el que trabajadores que están realmente mal permanecen trabajando, obligados en muchos casos por ellos mismos, ante el miedo a perder su empleo". Aunque también, indica Vilches, son muchos los que se encuentran con la negativa de los servicios médicos, presionados para reducir el absentismo, a darle de baja. 

 

Esto ha creado una situación curiosa. Estas presiones han hecho que los médicos de empresa que se dedican al control del absentismo sufran en carne propia ansiedad vinculada a su trabajo. "Hace cinco años esto no pasaba".

 

Las fuentes de estrés laboral pueden ser muy variadas. La reducción de sueldo, la reducción de jornada, los cambios organizativos, el futuro de la empresa... Cualquier 'cambio' relacionado con la crisis ha agravado las situaciones de ansiedad laboral, que aunque siempre ha estado presente, nunca con tanta fuerza como ahora.

 

Manuel Vilches explica que si la situación se ha agravado para los granadinos que todavía conservan su puesto de trabajo, es aún más difícil para los miles de empleados que en los últimos años han perdido su empleo. "Hay gente que está en un nivel de estrés y desesperación importante", apunta el vicedecano del Colegio de Psicólogos de Andalucía Oriental. Los casos más delicados suelen ser de personas mayores de 50 años, que se encuentran de golpe y porrazo en la calle, con una edad en la que la empleabilidad es muy reducida y sin facilidad para hacer las maletas y buscarse la vida en el extranjero. 

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