La empresa del pub denunciado en Plaza de Toros acumula más de doce demandas
Tras recibir numerosas reclamaciones de clientes supuestamente agredidos por los porteros de Embrujo Copas, la Guardia Civil decomisó porras y navajas prohibidas a cinco de ellos y la Junta ordenó el cierre cautelar
La discoteca Embrujo Copas -otro de los locales pertenecientes al dueño del pub D'Cuadros, donde Mohammed E. A. denunció haber sufrido el pasado viernes una "grave agresión" por parte de dos porteros- acumula un largo historial de denuncias por parte de clientes que afirman haber sido agredidos por los porteros del establecimiento.
Así lo asegura la Guardia Civil, que sólo en el segundo semestre del pasado año recibió "una docena de denuncias por agresiones de este tipo", tal como lo han acreditado los partes médicos de lesiones aportados por los mismos al Instituto Armado.
Tanto es así que tras la recepción de las mismas, la Guardia Civil ha intervenido en esa discoteca en varias ocasiones. En una de las inspecciones rutinarias llevadas a cabo en diciembre, los agentes decomisaron tres porras extensibles, una porra metálica con clavos en la punta y dos navajas de grandes dimensiones que tenían los porteros del establecimiento, que presentaba "graves carencias" en seguridad. Las armas fueron decomisadas y sus propietarios denunciados por infringir la Ley de Seguridad Ciudadana por tenencia de armas prohibidas.
Además, según la Guardia Civil, las puertas de emergencia -que en deberían poder abrirse de forma inmediata ante cualquier eventualidad- estaban atrancadas con candados y no existía ninguna señal luminosa que indicara dónde se encontraban las salidas.
Otra carencia importante detectada por los agentes durante la inspección fue que los extintores deberían estar distribuidos estratégicamente a lo largo de todo el local y, sin embargo, los cinco de los que disponía estaban acumulados en la entrada, junto al punto en el que ubican las taquillas y al lado de una estufa de butano.
La discoteca carecía además de la licencia de apertura, de los preceptivos impresos de quejas y reclamaciones y del cartel obligatorio que prohíbe la entrada a los menores de edad, aunque el propietario se excusó diciendo que la documentación del negocio no estaba allí, sino que se encontraba en una gestoría.
En la operación también participaron inspectores de Trabajo de la Junta de Andalucía, que comprobaron que la mayoría de los treinta y cuatro trabajadores de la discoteca estaban empleados de forma irregular.
La Guardia Civil finalmente detectó y denunció ante la autoridad competente catorce infracciones a la Ley de espectáculos públicos de Andalucía y, a continuación, la Junta abrió un expediente sancionador por infracciones muy graves y ordenó el cierre cautelar de la discoteca ante el "grave riesgo" para la seguridad de los asistentes.
Pero la cosa no quedó ahí. Un mes después, otro joven denunció ante la Guardia Civil de La Zubia haber sido supuestamente agredido por varios porteros de esta discoteca, adonde acudió la noche del sábado día 17 de enero junto a cuatro amigos más, de los que otros dos también fueron golpeados.
Fuentes del Instituto Armado informaron entonces de que la supuesta agresión se produjo cuando los cinco jóvenes fueron increpados "sin motivo aparente" por los porteros de la discoteca, que agredieron supuestamente a tres de ellos, mientras que los otros dos lograron huir. El denunciante fue golpeado en la ceja, donde recibió varios puntos, y en la pierna izquierda, motivo por el que tuvo que ser atendido en el centro de salud de La Zubia.
Desde entonces, la Guardia Civil no ha vuelto a recibir más denuncias de este tipo. Pero la supuesta agresión sufrida el viernes por Mohammed ha hecho saltar todas las alarmas. La Junta de Andalucía no tiene previsto, de momento, abrir una investigación a raíz del reciente suceso porque, según indicaron ayer fuentes de la Consejería de Gobernación, "se esperará a que el asunto se aclare en los tribunales".
Dos días después de que el suceso haya trascendido de forma pública, el dueño de ambos locales sigue sin querer hacer declaraciones al respecto aunque uno de los porteros de D'Cuadros niega de forma rotunda el testimonio del joven marroquí. Asegura que no fue agredido y que únicamente sacaron a un amigo suyo del local "porque estaba borracho y molestando a los clientes".
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