La empresa navarra Agotzaina, dedicada a la elaboración de productos derivados del huevo y con líneas de negocio en el sector avícola, cárnico, frutícola, lácteo y de parafarmacia, ha recibido la autorización judicial para la compra de la empresa granadina Nicopán, famosa por hacer los roscones de reyes para cadenas como Mercadona, Día o Lidl, y que se encontraba en concurso de acreedores desde marzo de este año. 

El pasado viernes, el juzgado de los Mercantil 1 de Granada autorizaba la adquisición de la unidad productiva a Agotzaina, es decir, la compra de la empresa como única candidata presentada, tras lo que ahora se ha abierto un plazo corto de alegaciones y si no hay impedimento, se materializará la venta de la empresa. Una compra que ha contado con el informe favorable de la administradora concursal, Silvia Membrive, que ha asegurado a este periódico que desde el inicio del procedimiento la fábrica granadina no ha dejado de funcionar porque se ha hecho especial énfasis en mantener el trabajo para los más de cien trabajadores que trabajan en la actualidad en la fábrica.

De hecho, el acuerdo de compra tiene el requisito obligado de mantener al personal, de subrogarlo, porque se ha velado desde el inicio del procedimiento por la tranquilidad y estabilidad laboral de la plantilla.

El grupo Agotzaina ya conoce Granada. De hecho, aterrizó hace poco tiempo en Escúzar con una megafábrica de huevos al quedarse, también vía concurso de acreedores, con la empresa Avícola Garrido, con la que distribuye huevos a toda España. En la provincia de Granada figura en su web hasta tres granjas de huevos para su negocio avícola, con proyectos en Castilléjar y Benamaurel. 

En total cuenta con 2.500 trabajadores en España y en 2023 facturó unos 650 millones de euros. 

Nicopán, con sede en Atarfe, solicitó a final de 2023 concurso de acreedores. A pesar de fabricar roscones de reyes y productos de panadería para grandes supermercados, el tipo de producto principal obligaba a trabajar a campaña financiada, es decir, elaborar roscones durante el año que se vendían en enero. La banca les cerró la opción de crédito y no vieron vías para seguir adelante, por lo que optaron por el concurso mientras se podría salvar aún la actividad, algo en lo que ha volcado la administración concursal.