Encuentran la cura para una granadina que no podía andar cuando tenía la menstruación: "He vivido 17 años temiendo a la regla"

Gracias a una prueba para verificar la salud de los músculos y los nervios que los controlan, llamada electromiograma, ahora Susana J. puede hacer una vida normal

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Los doctores Rafael González Redondo y Antonio Maldonado Contreras realizando la prueba a la paciente
Los doctores Rafael González Redondo y Antonio Maldonado Contreras realizando la prueba a la paciente / ANTONIO L. JUÁREZ / PHOTOGRAPHERSSPORTS

16 de septiembre 2024 - 05:30

Muchas mujeres tienen períodos menstruales dolorosos. Tanto que algunas veces, el dolor hace que sea difícil llevar a cabo actividades académicas, hogareñas y laborales normales durante días en cada ciclo menstrual. Pero el caso de la granadina Susana J era un extremo. Durante casi 17 años, la mitad de cada mes, coincidiendo con la ovulación y la regla, era todo un infierno para ella, hasta el punto de no poder ni siquiera andar.

Pero esta vecina de Granada nunca se rindió, y siguió luchando para poder hacer una vida normal. Decenas de tratamientos y pruebas por todo lo largo y ancho de la provincia hasta que el neurólogos Rafael González Redondo y el neurofisiólogo Antonio Maldonado Contreras dieron con la solución. Y todo gracias a una prueba tan sencilla como un electromiograma, que puso luz a la oscuridad que nadie podía despejar.

"Desde que dí a luz a mi segundo hijo, hace ya 17 años, cada vez que me venía la regla me fallaban las piernas. Dependiendo del mes, cojeaba o incluso no podía andar. A veces incluso me subía a los brazos, sobre todo a la parte derecha del cuerpo. Un agotamiento extremo para el que los médicos no encontraban solución. Esto me ha llevado a situaciones como tener que estar hasta un mes sin hacer vida ni salir de casa. He vivido pendiente de mi menstruación todo este tiempo y hasta le tenía miedo. Solo rezaba porque me llegara la menopausia y el sufrimiento terminase", ha relatado la paciente a este periódico.

El electromiograma detecta con precisión el grado de sufrimiento que están soportando los nervios
El electromiograma detecta con precisión el grado de sufrimiento que están soportando los nervios / ANTONIO L. JUÁREZ / PHOTOGRAPHERSSPORTS

Autónoma y dueña de una tienda muy cerca de su casa, a una distancia de apenas cruzar la calle, durante el periodo menstrual a veces se quedaba sin poder siquiera cambiar de acera para poder ir a trabajar. Mantenerse de pie en su comercio o aguantar en la silla no era problema, pero mover las piernas le era imposible. "Con el paso de los años mi forma de andar se fue modificando, me salía chepa incluso. Subirme a un coche con las piernas dormidas era una odisea. Me he llegado incluso a sentir minusválida durante medio mes", recuerda Susana J.

Tras un periplo de muchas consultas e ingresos hospitalarios durante estos 17 años por distintos especialistas que no consiguen aliviar su problema, su suerte cambia cuando el neurólogo González Redondo observó que nadie le había solicitado una prueba llamada electromiograma (EMG). Este examen verifica si los músculos y los nervios que los controlan funcionan correctamente.

Susana J. acudió a realizarse el estudio al Hospital Inmaculada HLA con pocas esperanzas tras tantas pruebas realizadas previamente, pero fue allí donde el doctor Antonio Maldonado Contreras por fin le pudo explicar lo que le pasaba realizándole un electromiograma especial, que valora la actividad eléctrica de fibras musculares aisladas: tenía un problema en la actividad eléctrica de sus músculos y en su placa neuromúscular, y eso era lo que le hacía perder la fuerza en los músculos, empeorando especialmente durante la menstruación.

"Nunca olvidaré la cara de emoción de Susana cuando le dije que ya sabía lo que le ocurría, y que pensaba que podía mejorar con un tratamiento”, recuerda Maldonado. "Yo salí de la consulta llorando, pero por primera vez en tantos años era de felicidad. Las lágrimas pasaron a ser de impotencia a alegría", rememora Susana J.

Tras la prueba, con el tratamiento que le puso el doctor González Redondo y desde la primera dosis -media pastilla tres veces al día-, Susana J ha recuperado la fuerza en los músculos. Lleva desde entonces, ya seis meses, pudiendo realizar una vida normal todos los días del mes. Sin ningún problema de pérdida de fuerza muscular durante la menstruación.

Susana Jiménez, andando tras tomar su medicación
Susana Jiménez, andando tras tomar su medicación / ANTONIO L. JUÁREZ / PHOTOGRAPHERSSPORTS

"El problema no se ha ido, sigue ahí, pero cuando por la mañana me tomo la medicación, se va. Ahora salgo a andar por mi localidad, he podido hacer pequeños viajes sin tener que calcular cuando me podía venir la regla para evitar quedarme sin andar, puedo hacer una cosa tan simple como fregar platos en casa... mi vida ha cambiado por fin para bien, y ya ando incluso diferente a estos 17 años atrás, casi como si hubiera aprendido a andar otra vez", ha valorado la paciente.

Susana J. todavía tiene que recuperar el tono muscular perdido y adaptado a su dolencia que durante 17 años su cuerpo generó. Asegura que de momento no piensa hacer el Camino de Santiago ni subir a la cima del Veleta, o al menos hasta que no se vea 100% capaz de hacerlo. Pero su camino hasta la tienda, su gran problema en todo este tiempo, ya puede hacerlo casi hasta de puntillas. Algo impensable hace apenas medio año.

"Desde luego, el caso de Susana espero que sirva de luz y esperanza para muchas personas que llevan muchos años sufriendo las dificultades de una enfermedad sin diagnosticar. Susana ha sido un ejemplo de perseverancia, y nos ha enseñado que no hay que desistir en la búsqueda, porque en ocasiones, solo con una prueba, puede cambiar una vida entera", ha destacado el doctor Antonio Maldonado.

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