La Diputación de Granada acoge desde este sábado la segunda edición del Congreso Andaluz de Mujeres Abolicionistas, un encuentro que busca reivindicar el papel de las mujeres en todos los ámbitos de participación social y ayudar a formular propuestas de actuación para las administraciones públicas.

El encuentro, que organiza la Plataforma Andaluza de Mujeres Abolicionistas (PAMA), busca acercar los viejos problemas y los debates emergentes que obligan a revisar las prioridades de la agenda política.

La diputada de Igualdad, Juventud y Administración Electrónica, Mercedes Garzón, y la representante de la PAMA Mayca Romero, han inaugurado este sábado el encuentro y han destacado que legalizar el proxenetismo no es la solución para proteger a las mujeres de la violencia y explotación.

"Al integrar la prostitución en la economía de mercado estamos diciendo que no es necesario remover las causas, ni las condiciones sociales que posibilitan y determinan a las mujeres a ser prostituidas. Y eso no es justo", ha apuntado Garzón.

En este sentido, ha resaltado que desde la Diputación de Granada se impulsan políticas para la plena integración de mujeres y hombres en la vida política, social y económica y ha añadido que esa unión hay que hacerla a través de la normativa, de leyes y de actuaciones concretas.

El programa del evento está integrado por una ponencia y cinco mesas de trabajo donde se debate sobre la trascendencia del feminismo en la sociedad actual, la geopolítica y su impacto sobre las mujeres, la opresión de las mujeres en el contexto islámico, y la comunicación, literatura feminista, divulgación y activismo.

El encuentro reúne a académicas, expertas en política internacional, activistas en los contextos islámicos, escritoras jóvenes e influencias digitales.

Entre las protagonistas están Násara Lahdih Said, activista feminista originaria del Sáhara Occidental; Sukaina Fares, también activista y autora de "La voz de la infiel"; la escritora y formadora en estudios de género María Martín Barranco la escritora Iris Borda y la jueza afgana exiliada en España Gulalai Hotak