Antonina Rodrigo · Historiadora y ex alumna de Doña Paquita

"Ella me enseñó que la curiosidad es un master"

  • Editora y promotora del homenaje a la maestra, estudia a las milicianas, a las que llama 'heroínas de la libertad'.

Historiadora autodidacta, como Doña Paquita, su maestra de la infancia, Antonina nació hace 77 años en el Albaicín, el único núcleo que resistió en Granada a los franquistas. En 2007 perdió al que fue su compañero durante 43 años, Eduardo Pons Prades, exiliado catalán del que bebió su amor por las letras y con quien afianzó los valores republicanos. Considera que existe una casta de "las imprescindibles," entre ellas Doña Paquita, que llama Heroínas de la libertad y a las que no cesa de estudiar recopilando testimonios.

-¿Cómo se le ocurre hacer un libro sobre Doña Paquita?

-Fue durante una conferencia que di en la Casa de Ángel Ganivet hace año y medio. Entre el público se encontraba Federico Hernández Meyer, que se levantó y se unió enseguida a la iniciativa y... aquí estamos.

-¿Cuándo fue consciente del valor que tenían las enseñanzas de su maestra?

-En la adolescencia, cuando entré en el instituto y vi el contraste en la forma de enseñar de los demás docentes. Pero tuve la suerte de ser alumna de Antonio Domínguez Ortíz, que es otro profesor que dejó una profunda huella en mi y con quien establecí una gran amistad.

-¿Qué tenía ella de especial?

-Yo soy muy tímida y de niña más aún, pero con Doña Paquita no me daba vergüenza preguntar, hablar en público, era cálida y muy maternal y generaba una gran confianza en nosotros. Ella me enseñó que la curiosidad es un master y gracias a sus enseñanzas he sido autodidacta toda mi vida.

-¿Qué implicaba ser una maestra republicana?

-Tener ideas liberales, de la Institución Libre de Enseñanza y de la Escuela Socialista, muy perseguidas en la posguerra. Lo primero que hizo la República fue dar cursillos a los maestros y reciclar su forma de enseñar. Doña Paquita nos demostró que las mujeres no teníamos que ser únicamente autodidactas, que podíamos ir a la universidad como los hombres y participar en todos los ámbitos de la esfera pública. Los niños íbamos a las fábricas y al campo para aprender valores. La pedagogía es

el cimiento del niño, por eso los franquistas fusilaron a tantos hermanos e hijos de maestros, para cortar de raíz sus enseñanzas.

-¿Y las memorias de Carmen?

-Me las dio hace cinco meses y pensé: "este libro es delicioso". Decidí que debían ser la parte central del homenaje.

-Pero no están todos los que hubieran querido, ¿no?

-No. Espero que se sumen más ex alumnos y se pongan en contacto con nosotros. Es una pena que no se hayan conservado los archivos de la escuela, sólo nos queda

los testimonios de los ex alumnos.

-¿A qué heroína de la libertad está estudiando ahora?

-A Lina Odena, una periodista que se metió con su coche en el 36 en el frente nacional sin saberlo y, como llevaba escrito en grandes letras Mundo Obrero y CNT, se pegó un tiro y se mató. Sabía lo que le esperaba...

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