La ciudad erigirá en el cementerio una Piedad para llamar a la "reconciliación"
La ARMH reivindica desde hace dos años la colocación de una placa en la tapia del camposanto en memoria de los fusilados por defender la República · La empresa municipal la retiró en dos ocasiones
Una "llamada a la reconciliación". Así concibe el artista Eduardo Carretero -que hoy ingresa en la Academia de Bellas Artes como académico de honor- el conjunto escultórico que ha diseñado y que se erigirá en el cementerio de San José en homenaje a las víctimas de la Guerra Civil. El anunció lo realizó ayer el propio escultor, que compareció con el alcalde de la ciudad, José Torres Hurtado, para mostrar públicamente la maqueta de la obra, que es una donación.
La original será de bronce y medirá dos metros de largo por 2,20 de ancho, según indicó Carretero, que pretende hacer de esta escultura un motivo para "reflexionar sobre un pasado traumático a superar". El Ayuntamiento, que propondrá la concesión a Carretero de la medalla de oro al mérito por la ciudad, correrá con los gastos derivados de la instalación de la obra en el cementerio. Así, Torres Hurtado quiere mediar en la Memoria Histórica, al comprometerse a asumir los trámites y gastos necesarios para la instalación de este conjunto escultórico en el entorno del monumento 'Memoria de Granada', que ya honra en el camponsanto a las víctimas sin distinción alguna.
Precisamente este último monumento es la baza con la que el alcalde siempre ha rechazado efectuar cualquier acción concreta en las tapias del cementerio, tal y como pretende la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).
Este colectivo solicitó hace dos años la colocación de una placa conmemorativa en el muro para dignificar a los más de 2.400 granadinos que fueron fusilados en dicho recinto durante la Guerra Civil pero al existir ya el monumento especial denominado 'Memoria de Granada', el regidor granadino siempre ha rechazado la reivindicación de la asociación.
Y eso que, tal y como documentó el periodista Eduardo Molina Fajardo en su libro póstumo Los últimos días de Federico García Lorca, junto a la tapia fueron fusilados alcaldes y concejales de la corporación municipal elegida democráticamente en 1931, así como 15 de las 25 personas que formaban parte del Ayuntamiento de Granada en 1936.
Pero hasta en dos ocasiones retiró el Ayuntamiento la placa de la tapia, sobre la que se pueden observar las huellas que dejaron los disparos. El panel rezaba: "A las víctimas de los fusilados en esta tapia por defender la legalidad democrática de la República".
Para tratar de preservar este espacio la ARMH solicitó a la Delegación de Cultura de la Junta la declaración de Sitio Histórico y en los próximos días, miembros de la asociación se reunirán con el delegado, Pedro Benzal, para entregarle un estudio sobre la represión en Granada y sobre el uso que se le dio a la tapia. Benzal ya dijo hace unos meses que la iniciativa de la asociación era "muy razonable"; no en vano se ha llevado a la práctica en otros camposantos como el de Oviedo, que recuerda en uno de sus muros los nombres de los asesinados durante la guerra y la posguerra.
El objetivo es que el 18 de julio, coincidiendo con el homenaje que cada año realizan allí los familiares de los fusilados, la tapia ya sea un lugar protegido por la Junta en lugar de ser municipal.
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