Un escultor granadino inventa una máquina para sacar chapapote del mar
Con este sistema, se evitará que los vertidos lleguen a las costas y causen contaminación en playas y animales · Las refinerías se encargarán del reciclaje del producto, recogido en bolsas de autoflotación
El escultor granadino Miguel Barranco, famoso por sus obras, también destaca como inventor. Tras las bolsas de autoflotación que recogieron el petróleo del Prestige, Barranco ideó una manera de recolectar el chapapote resultante de estos desastres antinaturales para que la costa sufriese lo menos posible. Se trata del primer sistema capaz de captar esta masa en alta mar para que después pueda ser reutilizado en las distintas refinerías, y que sean estas empresas las responsables de su reciclaje y evolución, evitando así que el vertido llegue a la orilla de las costas y, por tanto, evitar la contaminación de los animales y de las playas. "El resultante de que el chapapote llegue a las playas es que ni la arena ni el petróleo pueden volverse a utilizar, mientras que, con esta máquina, se recicla y el agua queda limpia", explicó Miguel Barranco.
El Parque de las Ciencias de Granada fue el lugar escogido por el ideólogo de la máquina para presentar su invento. Además, de que "el producto no es caro", Baranco explicó que sus dimensiones reducidas permiten su traslado en cualquier barco y puede funcionar hasta 24 horas gracias a una bomba y un motor hidráulico con un sencillo mecanismo. La patente explica que se compone de un tubo que en la helicoide cuenta con un tornillo de Arquímedes, que capta la materia sólida y viscosa y rechaza el agua, que sale en forma de chorro por el tubo sin mezclarse con el producto más denso. De este modo, "un barco que se encuentre en alta mar puede recolectar un litro de chapapote por segundo por cada máquina" afirmó el inventor. Ésta podría llevar integrada, e "introducirse en sacos de rafia para transportarlo, evitando su vertido al mar", indicó Barranco.
Los sacos utilizados en la presentación con la prensa eran de pequeña capacidad, pero, tal y como se ve en la foto, pueden ser utilizables otros de mayor volumen, según el tamaño de la embarcación que esté realizando la limpieza de los residuos. Estos recipientes "sudan" el agua, por lo que en su interior solo quedaría la masa viscosa y compacta. El sistema trata de que se rellenen con el producto sean tiradas al mar, de modo que mientras unas embarcaciones usan la máquina, "otras se encargan de ir detrás recogiendo las bolsas". Dado que el producto queda empaquetado, ni la fauna marina ni el agua quedarían contaminadas, según explicó el inventor.
Actualmente ninguna empresa se ha interesado en comercializar el producto, ya que se guardó en secreto hasta que a Barranco le concediesen la patente. Cuando alguna empresa se interese por este invento, el escultor saldrá de la escena porque, según explicó, sólo quiere situarlo en el mercado y que la empresa que se quede con la máquina se encargue de la fabricación y la publicidad, ya que estos trabajos "supondrían unos costes y un trabajo, y yo quiero terminar a partir de aquí". Sseún el autor, "el beneficio de mi invento es muy grande en comparación con los daños ambientales que causan los vertidos", además de los económicos.
Este escultor granadino ya desarrolló otros inventos como las bolsas autoflotantes, un sistema para evitar que la humedad relativa del aire interfiriera en la tensión de los lienzos o una placa solar flexible y manifestó que actualmente trabaja en otro producto que, según como se desarrolle esta máquina, lo presentará o no.
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