Cada vez que llueve con fuerza los granadinos no pueden evitar recordar los incidentes en el río Darro que, en épocas pasadas, reventaron el pavimento inundándolo todo. Precisamente para evitar que esto ocurra la Confederación Hidrográfica proyecta un ambicioso plan que tenía, entre otros objetivos, reducir al máximo el número de materiales arrastrados del cauce. Es la mejor fórmula para evitar accidentes que ya han ocurrido en el pasado y que provocaron un caos en el casco histórico.

Por el momento el proyecto se encuentra atascado y no se conoce nada sobre su evolución. Además de la construcción de estos diques en los barrancos de la cuenca del río para evitar el movimiento de "lava" ante fuertes precipitaciones, el proyecto también contaba con la creación de un bello corredor verde con carril peatonal y ciclista por el margen izquierdo.

El objetivo es instalar diques en los barrancos de la cuenca para retener los materiales

Pese a los temores, la última vez que el Darro causó problemas fue en el año 1951 cuando unas lluvias torrenciales provocaron la rotura del embovedado a la altura de Puerta Real. Mucho antes, en junio de 1889 también reventó el embovedado. Aunque, una de las crecidas más conflictivas se produjo los días 14 y 15 de mayo cuando una fuerte crecida provocó la rotura del embovedado que quedó arrasado prácticamente desde Puerta Real hasta la zona del Humilladero hundiéndose a la altura de la Acera del Darro.

El camino por el que discurre el Darro sea encima o debajo del pavimento no es el único punto conflictivo cuando las precipitaciones son intensas. En Granada, en los últimos años se han producido grandes acumulaciones de agua especialmente en el entorno del Paseo del Salón. Las fuertes lluvias y la llegada de cientos de litros de agua procedentes de los barrios altos como el Realejo anegaba locales y entradas de viviendas en el barrio de la Virgen y en restaurantes y bares del céntrico paseo. Finalmente se realizó una obra que puso punto y final al problema.