El espionaje del móvil y la teoría de la conspiración

Una de las profesiones más demandadas en la actualidad son los expertos en Big data, personas con conocimiento en el manejo y análisis de millones de datos de los usuarios

Un móvil de alta gama en un feria tecnológica.
Un móvil de alta gama en un feria tecnológica.
Francisco Soto Granada

12 de enero 2016 - 01:00

Hace algunos años, Julian Assange, fundador de WikiLeaks, explicaba cómo las multinacionales y los gobiernos espiaban al ciudadano de a pie. Denunciaba los comportamientos nada éticos de las grandes corporaciones y el uso que hacían de los datos que obtenían de las interacciones de los usuarios con dispositivos con acceso a internet. ¿Pero nos están espiando?

Hoy en día una de las profesiones más demandadas son los expertos en Big data, es decir, personas con el conocimiento en el manejo y análisis de millones de datos sacados de usuarios y su aprovechamiento con diversos fines. En un principio, el análisis de datos a gran escala no estaba tan enfocado al sector de las tecnologías de la información y la comunicación, era un estudio de datos a gran nivel para la búsqueda de patrones con fines científicos. Con la llegada del uso masivo de internet, las grandes empresas han visto un filón que les puede ayudar a encontrar tendencias o a enfocar su marketing.

Si se encuentra dentro del Big Data que la gente asocia un determinado coche a un determinado color, o que los anuncios con los coches de un determinado color atraen más al público que si son de otro, la marca que haya identificado esto lo explotará tomando decisiones para el aprovechamiento de los datos y enfocando la campaña de marketing y ventas en esa línea.

¿De dónde se sacan todos esos datos que componen el Big data? Hay muchas maneras de obtener los, en qué webs entramos, dónde compramos, qué compramos o cuánto es el coste medio de los productos. Al fin y al cabo nuestro teléfono es una fuente de información constante.

Como ejemplo, el político alemán Malte Spitz. Este señor demandó a Deutsche Telekom para lograr que la operadora le mandase el registro de todos los datos que tenía de su actividad. Por supuesto, dichos datos estaban encriptados y su análisis no fue nada sencillo, pero tras contratar a diversos expertos en la materia vio que la compañía telefónica tenía almacenados todos sus movimientos y llamadas. Esto fue en el año 2011, por los que es inimaginable la cantidad de datos que poseerán ahora.

Por lo general, el origen de los datos tienen un permiso previo, ya sea al instalar el navegador o bien cuando entramos en una página web mediante las cookies. También hay maneras ilícitas de obtenerlas, sin el consentimiento de la persona o directamente robando dicha información de los datos que se generan automáticamente en el ordenador. (Cookies, historial o favoritos).

¿Qué es una cookie? Es una pequeña cantidad de información sobre el comportamiento de un usuario dentro de un determinado sitio web. En la mayoría de los casos, las cookies son de utilidad para el usuario, guardando preferencias, contraseñas o datos. También son necesarias en muchas ocasiones para que un internauta se mantenga "logado" (usuario reconocido con determinados permisos). Pero no es extraño que se utilicen para obtener información interesada. El tráfico de dichos datos es inmensamente valioso para las compañías, ya que pueden transformar dicha información en dinero tras unos análisis y una campaña adecuada. Al generar beneficios hacen que su coste se incremente y donde hay capital hay gente dispuesta a saltarse las barreras legales.

En cuanto a la sensación de espionaje que el ciudadano puede tener actualmente, se debe al uso casi inmediato de los datos utilizados anteriormente. A muchos les ha pasado que al buscar cierta información sobre un producto, éste empieza a salir durante semanas en los banner de publicidad de muchas de las webs que visitan. Los datos de su visita quedan guardados y si la compañía está dispuesta a pagar por el bombardeo de publicidad, el usuario se dará cuenta.

Para ponerle una cifra a cuan valiosa hay datos. WhatsApp se vendió a Facebook por 19.000 millones de dólares, siete veces más del precio en el que estaba valorada. 55 Dólares por usuario. El retorno esperado era de tres céntimos anuales. Hoy en día Whatsapp pierde millones de euros cada año.

Teóricamente, la información de WhatsApp no es utilizada. Es difícil de creer que una empresa se gaste 19.000 millones en una empresa que da perdidas sin obtener nada a cambio.

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