Granada

La estación de Málaga, el modelo para integrar los restos del Alcázar Genil

  • Los vestíbulos de los apeaderos de María Zambrano y la Plaza de la Marina incorporan e interpretan una muralla almohade del siglo XII declarada BIC, que apareció durante los trabajos del tranvía ligero

El hallazgo del muro occidental de la naumaquia del Alcázar Genil en las obras del Metro a la altura del Camino de Ronda ha hecho saltar las alarmas. Mientras la Delegación de Cultura espera el informe de los arqueólogos, las obras se han parado en este punto. ¿Cómo salvarán los ingenieros este inconveniente? ¿Qué decisión adoptará Cultura?

La solución más factible pasaría por incorporar el hallazgo, que podría ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC), a la estación del tranvía, tal y como se ha hecho en Málaga con una muralla almohade del XII aparecida durante los trabajos. En ese caso, Cultura y la dirección del Metro han optado por ponerla en valor e interpretarla en el hall de las estaciones de la Plaza de la Marina y de la de María Zambrano.

Y es que en el caso granadino los restos también se sitúan a la altura de vestíbulo: en la entreplanta de la estación proyectada. Así, ya se aprecia la presencia de un doble forjado para que haya dos plantas: la más profunda, por la que discurrirán las dos vías, que tiene poco más de seis metros de anchura; y la superior, que será una especie de hall intermedio donde previsiblemente habrá quiosko, tiendas y demás dependencias. Todo apunta a que en esta planta es donde se propondrá que se incorpore la parte de la naumaquia. Para ello sólo habría que modificar el proyecto de este hall, no las vías.

Según explica el director del Metro de Málaga, Enrique Salvo, los hallazgos arqueológicos en la capital vecina se produjeron a medida que los trabajos se han ido aproximando al río. Estos restos, en su mayoría, estaban documentados, por lo que no han supuesto sorpresa, salvo alguna excepción.

El método constructivo, a priori, ha sido el mismo que el usado en Granada: muros pantalla. Y el modus operandi al aparecer los restos, exacto al de Granada. Al excavar y ver esos restos, "el Metro pone a disposición de los arqueólogos supervisados por Cultura una cuadrilla de trabajadores". Porque, según valora Salvo, "ralentizar las obras merece la pena desde el punto de vista de la recuperación histórica, pero tampoco retrasar en exceso".

Relata Salvo que las obras se vieron paralizadas en Málaga por la aparición de un grupo de hornos delante de la estación de María Zambrano. Estos restos fueron inventariados, pero luego se cubrieron y los empleados, por lo tanto, siguieron trabajando en la consolidación de los muros pantalla y en la parte superior del túnel.

Sin embargo, al entrar en callejones del Perchel, al ir hacia el río desde la estación de María Zambrano, había que ir con cuidado porque existía la certeza de que allí había una muralla almohade, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) que quedaría al nivel del vestíbulo de la estación que va justo delante del río. En este caso, lo que Málaga ha decidido hacer es integrarla, recuperarla dentro de la estación en la parte del hall.

"Está el túnel en sí del Metro con la contrabóveda en la parte inferior, aproximadamente a 14 metros de profundidad, y a nivel de 7 metros hay una entreplanta, un vestíbulo que da acceso al andén, donde vamos a integrar esos restos de muralla", explica Salvo.

"Lo mismo nos va a ocurrir en un lugar tan emblemático como es la Plaza de la Marina, donde también integramos esa muralla dentro del complejo del vestíbulo de la estación. Son estaciones muy grandes que permiten una visualización muy buena del conjunto histórico", señala.

Bajo su punto de vista, todas las actuaciones arqueológicas están sirviendo para "sacar también numerosos restos que cataloga directamente la Consejería de Cultura". El director del Metropolitano malagueño indica que los restos serán indicados por señalética y además serán interpretados: "pretendemos que el Metro sea más que una infraestructura de transporte, que en este caso sea una interpretación de la historia de Málaga".

En su opinión, el trabajo "ha sido muy bonito" porque "como en las dos líneas hemos venido desde la periferia hacia el centro, cuando hemos llegado justamente a los límites de la ciudad antigua es cuando han aparecido estos restos y aunque en algunos casos estaban más o menos atestiguados, en otros no. Y bien merece la pena que en esos vestíbulos se haga una interpretación de los restos", asegura.

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