Granada

80 estatuas en la ciudad Un paseo entre ilustres

  • Un grupo de investigación analiza las esculturas viarias que decoran la capital Fruto de este estudio presentarán una guía especializada para desvelar todos los secretos

Existe un museo gratuito en las calles de Granada que en ocasiones pasa desapercibido a los ojos del viandante. Es el que componen los monumentos públicos dedicados a personajes ilustres. Piezas de gran valor repartidas por toda la ciudad testigos directos de los cambios que ésta experimenta haga frío, calor, llueva o truene. Federico García Lorca, Ángel Ganivet, Mariana Pineda, el Duque de San Pedro de Galatino o Isabel la Católica son solo algunas de estas esculturas que cuentan desde su ubicación un trocito de historia de la ciudad en la que vivieron, por la que lucharon y en la que, en algunos casos, perdieron la vida.

Según explica el investigador Rogelio López Cuenca, la práctica de instalar figuras para rendir homenaje a personajes ilustres se remonta al siglo XIX. No obstante, el monumento más antiguo que hay en Granada es el de la Inmaculada Concepción, en el Triunfo, que se erige en el siglo XVII (1631), en plena 'guerra' entre maculistas e inmaculistas. Y no se levantan más hasta el XIX, "respondiendo al propósito liberal de homenajear a los héroes laicos de la nación, a los patriotas", detalla López Cuenca, que a lo largo de este mes presentará una guía monumental de la ciudad junto a Elo Vega realizada a partir de una serie de talleres impartidos en la Facultad de Bellas Artes y de los cuales surgió un grupo de investigación formado por estudiantes, "con cuya colaboración se ha llevado a cabo el proyecto", impulsado por la editorial Cien Gramos y el Centro Guerrero.

A partir del siglo XIX se introducen otros dos: "el primero será el monolito dedicado a Isidoro Máiquez (1839) y el otro, el de Mariana Pineda, cuya colocación se va a demorar durante décadas pues la primera piedra se coloca también en 1839 pero su inauguración habrá de esperar hasta 1873, hasta la Primera República", detalla López Cuenca. Y ya a finales del XIX, durante la Restauración, se levanta, "tampoco sin polémica", el de Isabel la Católica y Colón. "Los monumentos son siempre una expresión del gusto de los grupos dominantes en cada momento, o sea, una declaración ideológica", explica López Cuenca.

Según la información aportada por el Ayuntamiento de Granada, la fuente monumento a Isabel la Católica es obra del escultor Mariano Benlliure por encargo del gobierno para conmemorar el IV Centenario del descubrimiento de América. El monumento es un grupo escultórico realizado en bronce que representa a Cristóbal Colón ante la Reina Católica sentada en su trono mostrándole el camino de las Indias orientales. En un primer momento se situó en el Paseo del Salón para cambiar de emplazamiento en los años 60 a su ubicación actual, una de las plazas más fotografiadas de la capital.

Por otra parte, el de Mariana Pineda, obra de Miguel Marín Torres y Francisco Morales (su discípulo), fue mandada a erigir por el municipio en 1841 para rendir homenaje a la heroína asesinada. El resultado fue una estatua en mármol blanco que se llevó a cabo por iniciativa de la Academia de Bellas Artes de Granada y cuya inauguración tuvo lugar en 1873.

En los jardines de la Alhambra también es posible visitar la fuente de Ángel Ganivet, encargada por el Centro Artístico de Granada, y que fue concebida como un pequeño estanque hasta cuyo centro avanza un saliente en el que hay situada una escultura que representa un carnero y una fornida imagen masculina en bronce del artista Juan Cristóbal.

En general, hay cuatro tipos de bienes dentro del patrimonio histórico artístico de la vía pública: esculturas o monumentos erigidos a personas como reconocimiento a su labor o su persona; esculturas colocadas en la ciudad con el único fin de embellecer sus jardines, calles o plazas, placas conmemorativas y edificios municipales, de gran valor histórico artístico. Con el paso del tiempo, también se han incorporado homenajes anónimos como a la afición del Granada CF, que tiene su escultura en la avenida de Carlos V obra de Miguel Ruiz Jiménez, o el monumento a los viajeros románticos, obra del escultor Ramiro Megías, que embellece el corazón del Paseo del Violón.

También entre las más recientes destaca el monumento al Flamenco de Juan Antonio Corredor, inaugurado en el año 2013 que se suma a la escultura dedicada al bailaor y coreógrafo Mario Maya, moldeado por Miguel Moreno, que conquista con su baile y movimiento a los turistas que cada día visitan el Paseo de los Tristes.

Charlar con Federico García Lorca o consultar unas fórmulas al mismísimo Albert Einstein también es posible en Granada. El poeta granadino tiene un sitio en el bulevar de la Constitución donde, un proyecto artístico situó diez esculturas de ilustrísimos granadinos a pie de calle. Inauguradas en 2010, el bulevar de la Constitución presenta un homenaje a los ilustres granadinos pero también a los escultores de Granada que hicieron posible estos monumentos. El Gran Capitán, San Juan de la Cruz, Eugenia de Montijo, Elena Martín Vivaldi, Frascuelo, Pedro Antonio de Alarcón, María Cortés Heredia, la Canastera y Manuel Benítez Carrasco son los granadinos que fueron realizados por Miguel Moreno, José Antonio Castro, Miguel Barranco, Juan Antonio Corredor y Ramiro Megías.

Respecto a cómo han evolucionado estos homenajes, López Cuenca aclara que ha sido un proceso acorde con las modas estéticas, pero siempre con retraso "debido a que la escultura pública siempre va por detrás de las tendencias artísticas de su tiempo". El investigador aclara que las obras deben contar con el visto bueno de todas las autoridades, que suelen ser muy conservadoras y en Granada todavía más: "Pensemos que la única escultura abstracta, moderna en sentido estricto, ni si quiera está en un lugar del todo público sino en la entrada del nuevo edificio de la Diputación", aclara sobre la obra de Gustavo Torner.

Así, sobre las esculturas que coexisten en Granada, López Cuenca detalla que se caracterizan normalmente por su conservadurismo, por situarse "por detrás de las corrientes artísticas y los debates estéticos de su época", pero también por representar en la mayoría de los casos a hombres: "El predominio de los varones en los monumentos es apabullante. A esto le dedicamos gran parte del libro", adelanta el investigador. También le parece curioso que el homenaje a Lorca se hiciese junto a otros tantos paisanos "de muy variado carácter". "Destaca el trabajo que le ha costado a las élites locales asumir al personaje granadino más célebre, a García Lorca, cuya estatua se despacha casi de tapadillo, inaugurada en medio de un tropel de otros paisanos de muy variado carácter, como si lo que se homenajeara fuese la fama per se, independientemente de cualquier otro motivo", destaca.

Esta escultura ha sufrido varios atentados con spray rojo desde su colocación. Pintura con la que también han ensuciado los monumentos de Eugenia de Montijo, Pedro Antonio de Alarcón, Elena Martín Vivaldi o el torero Frascuelo, imagen esta última a la que, un grupo de ecologistas, tiró un cubo de pintura roja simulando sangre. Sobre esto, López Cuenca adelanta que su grupo también está analizando qué denotan estas agresiones, "cuando suceden, ya que el monumento es, por definición, una expresión autoritaria, un símbolo de poder y, por lo tanto, la impugnación, los posibles diálogos, nunca se dan a pie de igualdad". Estas y otras curiosidades se desvelarán próximamente con la presentación de esta guía fruto de un arduo trabajo sobre más de 80 esculturas.

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