José Antonio Murado ha sido durante décadas uno de hombres más conocidos en Granada, como empresario de éxito y como el hombre que llevó el baloncesto de Granada a la ACB con el mítico Oximesa. Aunque lleva años en un segundo plano tras una fallida experiencia en el fútbol sala, ahora vuelve a la actualidad después de que el empresario, que ha tenido en el negocio del oxígeno el santo y seña de su actividad, haya presentado una demanda contra una entidad de asistencia sanitaria y su director general por el impago de un préstamo de 2,2 millones de euros con el que, según consta en la denuncia presentada en el Juzgado de Primera Instancia de Granada, la empresa iba a pagar licencias y permisos en México.

En la demanda, José Antonio Murado explica que el préstamo de 2,2 millones de euros lo entregó en metálico en la casa de un empleado intermediario de la empresa demandada, también codemandado,  sin que existiera un contrato de por medio, aunque asegura que hay testigos de la transferencia del dinero, especificando de manera verbal que el montante tendría que ser devuelto en el plazo de dos años. "Transcurrido el periodo de devolución pactado, ninguno de los demandados procedía a la devolución del citado préstamo, obteniendo mi mandante excusas y retrasos", según consta en la demanda presentada por el empresario.

Ante esta situación, y al no tener documento de entrega de los 2,2 millones de euros, en julio de 2018, José Antonio Murado procedió a grabar algunas de las conversaciones mantenidas en algunas de las reuniones celebradas con el intermediario en la negociación, "todas mantenidas en lugares públicos" y "sin que existiera provocación o coacción, ya que el codemandado relata la operación concertada, de forma pacífica y voluntaria", según se detalla en la demanda.

De esta manera, Murado ha aportado como prueba grabaciones de cuatro horas, doshoras y veinte, dos minutos y nueve minutos y cuarenta y nueve segundos, en las que según la demanda queda acreditado que el intermediario llevó el maletín con los 2,2 millones a un despacho de la entidad en Madrid.

"Cansado de conversaciones", Murado interpuso una demanda de conciliación frente a la empresa ante el Juzgado de 1ª Instancia 89 de Madrid, tras lo que se le "ofreció un acuerdo para devolver el préstamo con una quita importante", indicando que interpusiera la demanda de conciliación ante los tribunales de Granada, para que se llegara a un resultado de avenencia en esta localidad y no en Madrid.

Por ello, Murado interpuso nuevamente la misma demanda de conciliación ante losJuzgados de 1ª Instancia de Granada. Sin embargo, celebrado el acto de conciliación, la empresa rechazó la demanda, "negando la realidad del préstamo, celebrándose finalmente sin avenencia". 

En la demanda se detalla que "se han barajado formas distintas de devolución del préstamo, sin que hayan dado como fruto la devolución de la totalidad del préstamo", aunque el intermediario de la operación devolvió la cantidad de 100.000 euros, por lo que Murado reclama finalmente que se le abonen 2,1 millones de euros.