La fábrica de Biberones

El Materno Infantil cuenta con un servicio donde se prepara la alimentación para niños lactantes ingresados

1. Los biberones se pasteurizan para su mejor preparación. 2. Sonia García (izqda.) y Mª Ángeles Bailón. 3 y 4. Las leches preparadas facilitan el trabajo. 5. El servicio ha comenzado a congelar leche para niños neonatos.
S. Vallejo / Granada

13 de julio 2009 - 01:00

Los recién nacidos y los lactantes son usuarios de pleno derecho de los hospitales. Unos en el momento del nacimiento y otros por necesitar un ingreso hospitalario por cualquier patología. Y no necesitan sólo cuidados, sino también comida. Y al igual que los adultos cuentan con el servicio de cocina, los más pequeños también tienen el suyo en la Biberonería, el lugar donde se preparan no sólo los biberones de leche comercial sino también los cereales y la manzanilla.

Y no trabajan poco. En un día, la Biberonería del Materno puede hacer más de 50 biberones para niños ingresados. Una cifra, no obstante, muy lejana a la de hace un par de años cuando el número se elevaba a 500 o 600 diarios. Porque, entre otras cosas, ahora los biberones de los prematuros y las leches de inicio ya vienen preparados en monodosis y no hace falta prepararlos. Ahora sólo se hacen las fórmulas especiales indicadas por los médicos para niños con algún tipo de problema o necesidad alimenticia.

"Desde aquí salen todos los biberones para lactantes del hospital. Los de prematuros, de inicio, las fórmulas de continuación para niños de seis meses y las especiales por indicación médica como son los de leches hidrolizadas, sin lactosa, para hiperprotéicos, etc. También los cereales y las manzanillas", explica la supervisora del servicio de Farmacia, del que depende la Biberonería, Sonia García. De hecho, de manzanilla se hacen hasta cinco y siete litros diarios (más de 20 biberones), ya que se dan mucho a los niños oncológicos y a los más pequeños y recién nacidos, que los calma.

El proceso es sencillo. Cada día, las auxiliares del servicio reciben la hoja con los niños ingresados que necesitan un biberón y sus especificaciones. "Cuando ya sabemos los que hay se preparan los biberones para todas las tomas del día. Comenzamos a hacerlos a las 12:00 y dejamos las siete u ocho tomas diarias -que se conservan en los frigoríficos y luego en las plantas los van dosificando- hasta la mañana del día siguiente, que se inicia todo de nuevo", relata la auxiliar Mari Ángeles Bailón, que lleva 34 años en el servicio preparando biberones.

"Esto ha cambiado mucho. Me acuerdo cuando los teníamos que hacer en el hornillo. Hemos trabajado con harina de arroz, maicena, harina de trigo, y removiendo los litros de leche y las papillas para los niños. Hasta le teníamos que abrir los agujeros a las tetinas y luego lavarlo todo a mano con lejía y jabón. Ahora muchas son preparadas ya en monodosis y las que se preparan aquí son mucho más rápidas. También la limpieza es más fácil", dice.

La dispensación de biberones no se contradice con el fomento de la lactancia materna. "Lo que se elabora son fórmulas especiales para niños que no toman leche materna por motivo médico o porque no cubre sus necesidades. Hay madres que aún no les ha subido la leche o que toman medicación, por ejemplo, y el niño tiene que comer", matiza García. De hecho, el servicio ha comenzado este mes un proyecto para congelar leche materna de madres de niños ingresados en la Unidad de Neonatología.

"Comenzamos a congelar el 2 de junio. El objetivo de la unidad neonatal es que todas las madres puedan dar leche materna a sus hijos, aunque sea por sonda. Y la estamos congelando para que se pueda dar al niño cuando lo necesite, por las noches cuando no esté la madre o cuando lo recomiende el médico", adelantó García.

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