La familia de la joven envenenada por su marido demandará al hospital canario
Creen que el centro pudo ser "colaborador necesario" por acceder el acusado a sus medicamentos
La familia de Laura Aróstegui, la enfermera granadina que fue envenenada con talio y otros medicamentos por su marido, Iván R.A., también enfermero, ha anunciado que demandará al centro hospitalario canario donde el condenado trabajaba y donde, presuntamente y aunque estaba de baja laboral, consiguió las sustancias con las que la asesinó.
Así lo indicó ayer un primo de la fallecida, Javier Rodríguez, en declaraciones a este diario, después de ofrecer una rueda de prensa en la sede de la Asociación de la Prensa de la capital los padres de la víctima, Antonio González y Rosa María Aróstegui (Laura había cambiado el orden de sus apellidos). Los familiares quisieron comparecer ante los medios para valorar la sentencia dictada recientemente por la Audiencia Provincial de Las Palmas que ha impuesto 23 años de prisión al acusado, un fallo con el que están "satisfechos" y no piensan recurrir, según afirmó.
El primo de Laura explicó que si han decidido iniciar acciones legales contra el hospital donde prestaba sus servicios el acusado, es por considerar que pudieron existir responsabilidades por parte del centro, al haber tenido el procesado acceso a los medicamentos. Entienden, en definitiva, que pudo ser "colaborador necesario", porque Iván "hacía lo que le daba la gana y entraba y salía a su antojo".
En cuanto a la sentencia dictada, confesó que aunque a los familiares les hubiera gustado "la cadena perpetua" para Iván, están "contentos" con los 23 años impuestos, teniendo en cuenta que la pena máxima serían 25 años. Esperan, eso sí, que cumpla la pena íntegramente, pues "es una persona muy peligrosa y nos sentimos más seguros estando él en la cárcel", dijo.
Rodríguez, en nombre de la familia de la granadina, ensalzó el "buen trabajo" realizado por los forenses del caso, al tiempo que elogió la labor policial llevada a cabo. Asimismo, extendió sus agradecimientos a "toda la gente que nos ha apoyado" y al abogado de la familia. "Ha sido un proceso muy duro; hemos sufrido mucho y hemos estado callados porque queríamos que la Justicia hiciera su labor", añadió, al tiempo que garantizó que ahora lucharán por "defender los intereses del menor y su felicidad", en referencia al hijo que Laura y su asesino tenían en común.
La familia, según Rodríguez, no sospechaba que Laura estuviera siendo envenenada cuando comenzaron sus dolencias. A la joven le diagnosticaron varias enfermedades, si bien finalmente se descubrió que había estado ingiriendo, sin saberlo, sustancias que resultaron letales.
Por su parte, Antonio González y Rosa María Aróstegui, consideraron que la muerte de su hija Laura fue un "crimen aberrante", "premeditado" y "calculado", que fue "planificado minuto a minuto" por el ahora condenado, al que tacharon de "manipulador y frío" y al que desearon que "no tenga paz" y que su vida "sea un infierno", informa Efe.
Laura vivía en Telde (Gran Canaria) con su esposo y su hijo, y falleció en 2010. El proceso fue bautizado por los medios como el 'caso Talio' y fue juzgado en la Audiencia de Las Palmas el mes pasado. El fallo, dictado por la Sección Sexta, además de imponerle 23 años de prisión por asesinato, le condenó a que indemnizara a los padres de Laura con 100.000 euros y con la misma cantidad a su hijo. Asimismo, le impuso la accesoria de inhabilitación absoluta e inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad respecto al menor por el tiempo de la condena.
El juicio del 'caso Talio' comenzó el 13 de enero y se extendió hasta mediados de febrero. Contó con un tribunal popular, que consideró culpable al acusado, quien, cansado de los problemas económicos y las discusiones que ambos tenían, comenzó a suministrar a Laura "talio, diluido en la comida, metal pesado y cuya ingesta resulta altamente dañina para el ser humano".
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