Un padre de familia se quita la vida agobiado por los pagos de la hipoteca
Gustavo Arguellas, vecino de Alomartes de 37 años, llevaba tres meses sin hacer frente a las cuotas BMN-CajaGranada asegura que no había iniciado procedimiento alguno de reclamación
La vida de la familia Arguellas cambió para siempre la madrugada del viernes 25 de julio. Agobiado por una situación económica límite, desesperado ante la imposibilidad de pagar la hipoteca y la perspectiva de perder su casa, Gustavo Arguellas se encontraba al borde del abismo. Tanto como para acabar con todo, dejando atrás a su mujer, Loli, y a sus dos hijos de 11 y 3 años.
El drama de los desahucios se ha cobrado una nueva víctima. Después de tres meses sin pagar las cuotas del préstamo que mantenía con BMN-CajaGranada, la presión a la que se vieron sometidos Gustavo Arguellas y Loli Fernández quebró las fuerzas del cabeza de familia, que se encontraba en situación de desempleo y que se hubiera quedado sin ingreso alguno en apenas dos meses, cuando se le terminaba el subsidio. Su mujer, que trabaja cada seis meses en el servicio de ayuda a domicilio, tampoco contaba con los ingresos necesarios para asegurar el pago de las cuotas hipotecarias. Y aunque el banco no había iniciado el procedimiento de desahucio, Gustavo, de 37 años, llegó al límite la noche del viernes y decidió quitarse la vida.
Fue su mujer la que se percató de que algo no andaba bien. El sábado por la mañana, cuando estaba trabajando, lo llamó en varias ocasiones a su móvil, sin obtener respuesta. Decidió llamar a casa y fue su hijo mayor el que atendió el teléfono y el que le confirmó que, aunque el coche de Gustavo estaba en la entrada, no lo había visto en toda la mañana. Fue entonces, en torno a la una del mediodía, cuando decidió volver a casa y pedirle a su hermana que se llevara a los niños, que estaban en el comedor viendo la televisión. En cuanto salieron por la puerta, Loli subió a la torreta de su vivienda, que estaba cerrada por fuera. Fue su hermana la que, con una bombona de butano, consiguió echar abajo la puerta de la torreta, donde descubrió el cadáver de Gustavo, que se había ahorcado. "Yo a él no lo vi, no tenía fuerzas", aseguraba ayer Loli, que indica que su marido, como ella, tenía un cuadro de ansiedad derivado de su situación económica, pero que se tomaba su medicación y tanto el viernes como los días anteriores "se encontraba bien". Según su viuda, a Gustavo "le vino muy grande" la constante presión del banco para que abonaran las cuotas impagadas. "Nos llamaban todos los días, de día y de noche, y nos amenazaban con iniciar la vía judicial", explica Loli, que asegura que el director de la sucursal de Alomartes "estaba al día de su situación".
Gustavo y Loli estaban dispuestos a llegar a una solución y ya habían tomado cartas en el asunto. En cuanto comenzaron sus problemas económicos, recurrieron al Grupo Stop Desahucios, que se había hecho cargo del caso y que ya había empezado a trabajar para intentar llegar a un acuerdo con la entidad financiera. Antes de recurrir a la plataforma, el matrimonio había llegado a un acuerdo con el banco para reestructurar la deuda mediante el pago a través de tarjeta de crédito de los 17.000 euros adeudados, pero esta vía sólo sirvió para sumar a las cuotas hipotecarias la cuota de la tarjeta de crédito, explica Loli. Así que la primera gestión de Stop Desahucios fue solicitar a BMN-CajaGranada la firma de un periodo de carencia durante cinco años de su hipoteca de 120.000 euros, tal y como contempla el Real Decreto 6/2013 de medidas para asegurar el cumplimiento de la Función Social de la Vivienda.
Sin embargo, hace diez días la familia recibió la contestación del banco, en la que aseguraban que no reunían los requisitos para acogerse a esta medida excepcional. Según explica Antonio Redondo, uno de los portavoces de Stop Desahucios, el trabajo temporal de Loli y el subsidio de Gustavo les hacía superar los ingresos mínimos para acogerse al decreto, pero esta situación era temporal y en menos de dos meses, el nivel de ingresos de la familia Arguellas se vería drásticamente reducido.
El jueves pasado, Gustavo mantuvo la que sería la última reunión con el director de su sucursal. "La respuesta fue que no había solución", indican desde Stop Desahucios, que aseguran que esta reacción y "las constantes amenazas y coacciones" son las que llevaron a Gustavo a tomar la drástica decisión de quitarse la vida. "Siempre hay solución, y en este caso la habríamos conseguido como en otros cientos. Pero Gustavo no pudo soportar el agobio y la presión que tenía en su espalda", asegura Redondo.
"No nos han dejado respirar", lamenta Loli, que muestra una fuerza que impresiona a pesar de su dolor. "Ha sido un golpe muy duro, me quedo con dos niños chiquitos y tengo que salir adelante". Loli estuvo ayer arropada por familiares, amigos y miembros de Stop Desahucios durante el velatorio y el entierro de Gustavo, que se celebró ayer en el cementerio de Alomartes y al que acudió alrededor de un centenar de personas. Con posterioridad, a las 21:00 horas, el grupo Stop Desahucios convocó una concentración en contra del "genocidio financiero" desde el Triunfo hasta la sucursal de BMN en Reyes Católicos, a la que considera responsable de la muerte de Gustavo. "No es un accidente, ni una decisión individual: es un crimen, un homicidio".
Ayer mismo BMN-CajaGranada, que lamentó "profundamente" el fallecimiento de Gustavo, aseguró que de momento la familia Arguellas "no estaba en situación de morosidad", por lo que la entidad "no había iniciado procedimiento alguno de reclamación de deduda y, por tanto, no había causa de desahucio, al no encontrarse el expediente ni siquiera en vía judicial". Según apunta BMN, el préstamo hipotecario suscrito por Gustavo "se había refinanciado hasta en tres ocasiones" y, aunque no cumplía los requisitos para acogerse al Real Decreto de Función Social de la Vivienda, el director de la oficina titular del préstamo y el fallecido tenían concertada una reunión mañana "para estudiar las posibles opciones de cara a encontrar una solución, incluida la posibilidad de una dación en pago de la vivienda y, de esa manera, saldar la deuda pendiente con la entidad".
Además, BMN-CajaGranada, fue recuerda que desde que comenzó la crisis no ha ejercitado el lanzamiento de ningún cliente de su vivienda habitual, apunta que "en todo el proceso negociador, la relación del cliente con el director de la sucursal siempre fue cordial" y que "no había el menor síntoma, dato o indicio que hiciera pensar que estuviera planteándose tomar la decisión que ha tomado".
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