Patrimonio

Prestamistas y agricultores: Así era la poderosa y aristocrática familia que vivió en la villa romana de Los Mondragones

Imagen de archivo del yacimiento de Los Mondragones.

Imagen de archivo del yacimiento de Los Mondragones. / R. G.

“Estamos ante una pieza verdaderamente excepcional, pues se trata del primer decreto decurional hallado en Hispania. Solo se conocen un centenar de inscripciones de esta tipología en todo el Imperio”. Nueve se han encontrado en provincias occidentales, y ninguno en la próspera Hispania. Así se explica la importancia del bronce jurídico hallado por los arqueólogos en el yacimiento de Los Mondragones, en Granada capital. El documento en bronce se une a otra inscripción, en piedra, para alumbrar el artículo publicado en Archivo Español de Arqueología, publicación realizada por Ángel Ventura, Macarena Bustamante, Ángel Rodríguez Aguilera, Carmen Jódar y Julia Rodríguez Aguilera. En los trabajos de investigación también ha participado Francisco Javier Matas.

El artículo da a conocer estas dos inscripciones latinas, fragmentos, que han aparecido en la villa de la Iliberri romana. Una de ellas, la más breve, apunta a que la villa, una enorme finca, pertenecía a la poderosa familia de los Mummii Nigri y data del año 50 después de Cristo. La segunda pieza, el bronce inédito en Hispania, recoge la voluntad, una vez que haya fallecido, de uno de los miembros de esta singular estirpe. Esta pieza está datada unos 70 años después del primer fragmento.

Tabula iliberritana. Tabula iliberritana.

Tabula iliberritana. / Archivo español de arqueología / Ángel Ventura

“No sabemos si es un legado o un fideicomiso”, señala Ángel Ventura, autor del artículo. La diferencia entre uno y otro radica en la obligatoriedad de acometer la voluntad del finado. En un legado se obliga a los herederos. En un fideicomiso se encomienda cumplir con ese deseo postmortem. El fragmento no da pistas sobre esto. Fue encontrado, señala Ángel Rodríguez, en un vertedero de fundición de metal. Por motivos que se desconocen, ese fragmento no fue reutilizado y ha llegado hasta el siglo XXI para dar testimonio de cómo podía ser la vida en Iliberri, la Granada romana.

Sea legado o fideicomiso, el heredero del finado complació el deseo del testador. Legó a la ciudad los bienes señalados en la proporción indicada. Como buen romano eso era un punto de dignidad y generosidad que había que explotar. Que todos supieran que los Mummii Nigri eran buenos ciudadanos. “No es un documento oficial, sino una copia de un particular para ponerla en su casa”, señala Ventura. Posiblemente la encargara uno de los herederos del testador. El objetivo era “demostrar que se había cumplido”, por lo que el bronce -un decreto decurional- tenía “carácter honorífico” de demostración del “honor y riqueza” dentro de la villa. Precisamente el hecho de que los dos fragmentos aparecieran en el yacimiento de la finca ha permitido extraer información extra al hallazgo, “contexto”, señala Ventura sobre la tabula ahenea. No siempre es así, lo que complica la investigación de los restos.

Placa con la inscripción dedicada a Modesto. Placa con la inscripción dedicada a Modesto.

Placa con la inscripción dedicada a Modesto. / Archivo español de arqueología / Ángel Ventura

En la próspera Bética había un centenar de familias senatoriales, aristocracia rural que alumbraría incluso emperadores. Eran clase alta y estos Mummii Nigri emparentaron con los Valerii Vegeti, otra familia de bien. Con estos cuatro apellidos granadinos hubo dos cónsules.

Su riqueza procedía de la explotación de los olivos y también a la banca privada. “Se dedicaban a prestar dinero” y como garantía hipotecaria se contaba con las fincas o con el pago en especie, en aceite. El último de la estirpe legó al emperador el libro de préstamos.

“El decreto de bronce alude a esta actividad” prestamista -que suponía la expropiación de la finca, llegado el caso, si no se devolvía el dinero-, desarrollada entre los siglos I y II de esta era.

El primero de la familia Mummii pudo ser Modesto, fundador de la villa de Los Mondragones. A él se le menciona en el epigrama en la placa moldurada en piedra hallada también como material de relleno. Este prohombre de la Granada romana hizo fortuna con el aceite posiblemente y construyó la magnífica finca suburbana, cerca de la ciudad romana, que en 2013 fue descubierta en las obras para construir un aparcamiento subterráneo. Aquella remota familia granadina se dedicó al olivar en un magnífico terreno con una gran almazara. Hicieron fortuna e invirtieron en la finca que comenzó a construirse en el siglo I y que mutó su función entre los siglos V y VI.

Una finca de más de 30.000 olivos

Se cree que la finca que rodeaba a la villa de Los Mondragones era notable. La almazara, una de las más grandes halladas en la Bética, tenía cuatro prensas que podrían procesar unos 756.000 kilos de aceitunas. Con esto se podría producir unos 75.600 litros de aceite al año, que requerirían para su transporte por el Imperio de unas 1.260 ánforas. Se ha estimado que la villa podría tener entre 30.000 y 37.000 olivos, a lo que hay que sumar lo que podía aportar el pago en especie de otras fincas cuyos propietarios hubieran pedido un préstamo a los poderosos Mummii Nigri Valerii Vegeti.

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