La firma Granaplast trabaja en un proyecto de ampliación empresarial para su incursión en el mercado de las bolsas de papel con forma cónica, de forma que pueda consolidar su posición en el mercado "bio" y del papel cuya demanda de embalajes de este tipo se ha incrementado en toda Europa. La delegada de Empleo de la Junta en Granada, Virginia Fernández, ha trasladado a los directivos de la fábrica el apoyo del Gobierno andaluz a este proyecto.

Según Fernández, las nuevas tendencias del mercado y la entrada en vigor el pasado año de la normativa sobre el plástico ha dado lugar a la creación de Granaplast Bio, una empresa filial que sólo fabricará materiales bio-compostables, bolsas y láminas de poliprolipeno y de papel destinadas exclusivamente a la agricultura y a la industria alimentaria.

El director y socio mayoritario de la empresa afincada en el municipio granadino de Chauchina, José García, ha explicado que el proyecto pasa por la construcción de una nueva nave adherida a las instalaciones actuales.

Allí se trasladará toda la maquinaria especializada en el embalaje de alimentos con objeto de cumplir con los requisitos del certificado BRC, el más exigente de Europa respecto a los materiales que entran en contacto con los mismos.

Visita a Granaplast de Virginia Fernández.

La empresa adquirirá una máquina destinada a la fabricación de bolsas con forma cónica, utilizando para ello materiales como en el polipropileno y el papel, impresas o anónimas, destinadas al envasado de pimientos, zanahorias, flor cortada y flor en maceta, entre otros.

En este último caso, además de atender la demanda nacional de este tipo de bolsas para plantas, entre otras procedentes de grandes superficies, la filial Granaplast Bio pretende hacerse con la demanda de los mismos embalajes pero empleando para ello el papel, ya que en toda Europa no hay ninguna fábrica que por el momento los haga, ha destacado García.

La diversificación hacia el sector bio pasa también por la adquisición de una rebobinadora destinada a la confección de bobinas para el envasado automático de alimentos. Al mismo tiempo, la empresa continuará con la fabricación de batas sanitarias destinadas al sector hospitalario, cuya demanda se vio disparada al comienzo de la crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19.

La visión empresarial de la fábrica granadina nacida en 1985 ha permitido invertir todos los beneficios en planes de crecimiento, consolidación y diversificación, además de mantener una plantilla de más 45 empleados. Esta estrategia la llevó en 2019 a sacar al mercado las primeras bolsas inteligentes, para lo que la Consejería de Transformación Económica le concedió una subvención.

Gracias a los nuevos equipos en los que invirtió Granaplast comenzó a ofrecer a sus clientes bolsas 100% reciclables e "inteligentes" en los que la tinta impresa no entra en contacto con los alimentos. De forma paralela, la empresa ha puesto en marcha otro proyecto que pasa por la compra de nueva maquinaria con objeto de poder aumentar la producción de una forma más eficiente, además de la instalación de placas solares con el fin de reducir el consumo eléctrico.