La ganadería granadina ha empezado a extinguir el fuego que ha supuesto el brote de la viruela ovina y caprina (VOC), que en zonas como Baza y Huéscar ha puesto punto final a las medidas restrictivas impuestas desde Agricultura para intentar frenar su expansión. Atrás quedan cuatro meses de confinamiento y exterminio de animales, que se han saldado con la pérdida de cerca 5.000 cabezas de ganado y afectando a casi un centenar de explotaciones. 

Pero la llegada de la VOC, una enfermedad que llevaba extinta desde los años 60, ha supuesto también multitud de daños colaterales para los ganaderos. Así, según explica a este periódico José Antonio Puntas, presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Ovino Segureño (ANCOS), el confinamiento obligó a los ganaderos a recurrir a suplementos alimenticios para mantener vivos a sus animales, que no podían salir a pastar de forma tradicional, un gasto extra que el también veterinario cifra en "50 céntimos por oveja y día".

Pese a todo, Puntas se muestra optimista y asegura que "podría haber sido mucho peor", y asegura que si la cosa no ha ido a más es por los propios ganaderos, que han actuado como primera línea de defensa ante esta enfermedad, siendo los primeros en avisar a las autoridades sanitarias cuando comenzaron a detectar los primeros indicios de los brotes. 

Esta rapidez de gestión ha permitido, explica el presidente de ANCOS, controlar la viruela en tiempo récord, de hecho en otros países como Francia y Grecia llegó a extenderse durante varios años, lo que hace que Puntas saque pecho del trabajo realizado, un orgullo que cobra más fuerza con el agradecimiento de parte del director general de Sanidad Animal del Ministerio de Agricultura, Valentín Almansa, que le transmitió personalmente el buen hacer de los agricultores granadinos. 

Falta de sueño y problemas psicológicos

Un agradecimiento que no oculta, pese a todo, los problemas psicológicos que han atravesado mucho de los ganaderos durante los momentos más duros de la viruela, y que Puntas ejemplifica en la falta de sueño que han experimentado muchos de estos profesionales que, según explica, perdieron su sustento económico y modo de vida.

Imagen de archivo de un rebaño.

El problema no es exclusivo a los propios ganaderos, sino también a aquellos cercanos a la zona, afectados por el temor a que sus rebaños se viesen afectados, pero también al resto de población, que vio peligrar un pilar fundamental de la economía de la zona. 

De hecho, según el Sistema de Información y Gestión Ganadera (SIGGAN), con datos de 2020, la provincia de Granada cuenta con 691.151 cabezas de ganado ovino y 156.232, caprino, que suponen más de 298.000 jornales cada una. Además, la provincia es la segunda productora de carne de oveja de Andalucía (17,7% del total), según los datos de la Encuesta Anual de Sacrificio de Ganado en Mataderos recogidos por la consejería de Agricultura. 

Todo esto se vio cortado de raíz con la irrupción de la VOC que, según calculan desde ANCOS, ha supuesto una depreciación del 20% del valor de los corderos, una situación alentada por el miedo a este producto en los mercados; un miedo del que, recientemente, solo se han salvado los países árabes. De hecho países como Jordania, Qatar, Libano o Arabia Saudí, habituales exportadores de corderos segureños vivos para consumo, mantuvieron sus niveles de compra habituales, salvando así una parte importante de la campaña del cordero, pues los ingresos de estos ganaderos en este apartado son fundamentales. 

Perdida la campaña de Navidad 

Pese a todo, el mayor dinamizador para la economía dependiente de la ganadería ovina y caprina de la provincia es la campaña de Navidad, que este año, lógicamente, se ha visto perdida, por lo que los ganaderos centran ahora sus esfuerzos en repoblar los rebaños para afrontar con fuerza el siguiente diciembre. 

Con este objetivo en mente, los trabajadores del campo se encuentran a la espera de que se aprueba finalmente el Real Decreto para la concesión de subvenciones para la repoblación de las explotaciones por medidas de emergencia ante viruela ovina y caprina, que actualmente se encuentra en fase de preparación, unas ayudas que, según Puntas, nunca llegarán a cubrir el 100%. Según se recoge en el borrador que prepara el Ministerio de Agricultura, la cuantía máxima que recibirán los ganaderos es el resultante de restar el coste de adquisición o arrendamiento de los animales, a la subvenciones o pólizas recibidas, pero que, en cualquier caso, no superará nunca los 500.000 euros por explotación.

Actualmente, se están tramitando pagos de 219.000 euros por los animales sacrificados, a lo que hay que sumar partidas superiores a los 92.000 euros de ayudas por los gastos de eliminación de cadáveres, así como las subvenciones a las explotaciones que han soportado los gastos extraordinarios de alimentación.

Imagen de archivo de un pastor en el olivar de la Dehesa del Generalife

Mientras, los grupos políticos siguen usando este tema como arma arrojadiza. A principios de año, el PSOE de la provincia apremiaba a la Junta a que impulsase más medidas para contrarrestar los efectos que ha tenido la viruela sobre la ganadería, mientras que desde San Telmo aseguraron que se habían puesto en marcha " ayudas para compensar las pérdidas y los costes extraordinarios que están ocasionando las necesarias medidas de control de la enfermedad", en palabras del director general de la Producción Agrícola y Ganadera, Manuel Gómez, al tiempo que recordaba que la VOC no se ha circunscrito únicamente a Andalucía, por lo que pedía la implicación del Gobierno central. 

En todo ese vaivén, los profesionales del pastoreo siguen a lo suyo, levantándose cada mañana para sacar a pastar a su rebaño, mirando al cielo para que no llueva y cruzando los dedos para que la VOC no regrese.