Granada

"Aunque es un gasto importante, a la larga supone una inversión"

  • La tienda de uniformes Emilio Carreño se abarrota días antes de comenzar el curso escolar

Baberos, faldas, pantalones, polos, jerseys y chándals de todas las tallas, de diferentes tonalidades y distintos motivos -sin dejar a un lado los tradicionales cuadros escoceses- llenan las estanterías de la tienda de uniformes Emilio Carreño. Sus dependientas están hasta arriba de trabajo y todas las peticiones van acompañadas de las mismas palabras. "Quería un uniforme para mi hijo", dicen los padres mientras señalan a sus pequeños con el dedo para que la especialista en vestir de manera elegante a estos locos bajitos pueda averiguar con sus intuición de muchos años la talla que pueden tener.

Los niños, con cara de tener pocas ganas de estar justo en ese momento ahí, tienen que soportar los tirones y el calor que pegan los jerseys que les abrigarán durante el largo invierno escolar que les espera. Las madres saben que será un alivio no tener que pensar cada día qué ponerles a sus hijos. "Ahora mismo es un desembolso importante, sin embargo, a la larga supone una inversión", asegura Beatriz Rosales. "Apenas tienes que comprarle ropa de diario. Sólo la utilizan el fin de semana".

De este modo, un uniforme completo (falda o pantalón, polo, jersey y chándal) cuesta alrededor de 100 euros. "No hemos cambiado los precios, siguen siendo los mismos del año pasado", afirma Victoria Carreño, encargada del establecimiento. Sin embargo, los padres suelen llevarse dos juegos para poder tener uno de repuesto cuando tienen que lavar y adecentar el otro. "También estamos durante todo el año, así que más tarde se acercan a comprar alguna prenda que necesiten sustituir", añadió Carreño. "Los padres vienen a nuestro establecimiento porque saben que ofrecemos la mejor calidad, una de nuestras prendas puede durarles varios años", concluye.

Sin embargo, otros padres preferirían no tener que vestir a sus hijos con el uniforme obligatorio del colegio. "Prefiero tener cinco pantalones y cinco camisetas, al menos no tendría que estar pendiente de tener el uniforme siempre listo para ponérselo. Sobre todo en invierno y, aún más, si hace mal tiempo y no tienes secadora", explica María José Dorador que, aunque su hija es pequeña y sólo tiene que comprarle un babero este para este curso, ya le está temiendo a cuando crezca.

Al establecimiento no dejan de llegar padres e hijos en busca del elegante uniforme que lucirán su primer día de colegio. Ahora lo importante es cuidarlo para que dure lo máximo posible, sin embargo, estos pequeños no dejarán de crecer y los uniformes no podrán reutilizarse cual mochila.

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