¿Sabían que las paredes de la tienda Caché de la calle Zacatín están compuestas de gneis migmatítico de Brasil? ¿O que el famoso 'empedrao' granadino se forma de esquito, entre otros muchos componentes, que se formaron en Sierra Nevada tras las últimas glaciaciones?¿Han observado alguna vez la caliza gris de Sierra Elvira en la Fuente de las Batallas? También, resulta que en la fuente central de la Plaza del Campillo podemos encontrar calizas nodulosas y mármol de Macael.

Los alumnos de la Universidad de Geología de Granada junto con algunos curiosos tuvieron la oportunidad ayer de descubrir de qué materiales están hechos los suelos, los edificios y el mobiliario urbano de la ciudad en una excursión gratuita y para todos los públicos por el centro de la ciudad para reconocer las rocas y minerales de todos sus rincones en la tercera edición de Geolodía, que acercó a los allí presentes a conocer tanto la Geología como la profesión del geólogo. Granada se convirtió en un paseo lleno de curiosidades desde el comienzo en la Plaza Bib Rambla hasta Plaza Nueva o el Teatro Isabel la Católica, pasando por Zacatín, la Capilla Real o la Plaza del Carmen.

Alumnos y profesores del departamento de Mineralogía y Petrología, con el respaldo de la Sociedad Geológica Española, que desde hace ocho años coordina y supervisa esta actividad en diferentes puntos de la geografía española, se han ocupado de explicar en cada punto estratégico del núcleo urbano todos los entresijos de estas formaciones que pisamos, tocamos y vemos cada día sin saberlo para dar a conocer al público el patrimonio geológico granadino y que se tome conciencia de la importancia y necesidad de protegerlo.

Granada es un espacio de gran complejidad geológica que se manifiesta en su orografía o relieve montañoso, la variada climatológica y la diversidad de suelos de la provincia. Los complicados procesos que hacen que se formen estos materiales y que el ser humano pueda disponer de ellos se debe al choque entre placas o subducción que, a través de sus elementos radiactivos y un proceso matemático, nos acerca a calcular la antigüedad de estos elementos naturales con un error sólo de 1 o 2 millones de años, teniendo en cuenta que los componentes de la tierra no tienen más de 4.000 millones de años, ahí es nada.

Estos procesos escapan un poco a nuestra comprensión ya que la escala temporal en la que se desarrollan hace imposible que podamos contemplarlos en tiempo presente, es decir, períodos de tiempo que abarcan desde los pocos millones de años hasta las decenas y centenas de millones de años.