Conocen la historia de cada curva de la carretera, cada monte, cada pequeño rincón de la provincia. Por inhóspito que éste sea. El equipo de Medio Ambiente de la Policía Autonómica, entre otras competencias, investiga los incendios con un objetivo muy claro: dar con su autoría. Para ello, se basan en los indicios racionales que determinen la imputación del delito a una persona. Todo ello, teniendo en cuenta que los incendios pueden ser intencionados, negligentes, accidentales o naturales.

Estos agentes participan en el dispositivo de prevención e investigación del Plan Infoca durante los meses de peligro alto: desde junio a septiembre. El jefe del equipo destaca que el de Andalucía es "el mejor de los sistemas de extinción del país", al tiempo que apunta que el de Granada es "el más avanzado tanto a nivel profesional como a nivel material". Realizan, además, una importante labor preventiva a través de patrullas informativas en puntos estratégicos.

A primera hora de la mañana, el jefe del equipo, junto a uno de los agentes más experimentados, prepara su vehículo a las puertas de la Jefatura para afrontar una jornada que cada día es diferente. Los agentes de 'Lecrín 1' -así se llama la dotación- escuchan atentamente las incidencias que, a través de la emisora, envía desde una torre de vigilancia el Centro de Defensa Forestal (Cedefo) de Puerto Lobo.

Ordenador, impresora y un equipo de tomar muestras de cualquier cosa ocupan un lugar propio en el maletero junto a los equipos que contienen machetes, monos, chalecos reflectantes, cinta, cantimploras y hasta comida envasada al vacío. Dentro, en el vehículo, hay una gruesa carpeta que contiene las distintas actas de denuncia relativas a quemas, prevención, cortafuegos, captura de aves, vertederos, acampada o vertidos, entre otras.

"Cuando una torre alerta, acudimos cuanto antes, lo que es esencial a efectos de la investigación. Entonces analizamos si hay peligro para las personas o las cosas y si no, vamos al supuesto punto en el que ha comenzado el fuego para acotar el área de inicio", explica el jefe. Y es que tanto la brigada de investigación como la dotación que lidera trabajan a base de "evidencias físicas". Así, analizan si se ha producido una tala, quema, trabajos agrícolas... Cargan su GPS, una cámara fotográfica y, de esta forma, recopilan datos y estudian el avance del fuego.

Según el responsable, una vez que se determina la causa, se busca al autor. Es entonces cuando "se le detiene y se le leen sus derechos, se le acusa de un delito de incendio forestal y se realiza el atestado policial para, inmediatamente, dar cuenta a la Guardia Civil" con el objetivo de que no haya duplicidad y se pisen.

Una vez en el coche, la mañana se presenta tranquila y los agentes deciden acudir al Padul para investigar un incendio que tuvo lugar el pasado 24 de junio y poder analizar de forma pormenorizada las evidencias físicas. Comparten sus apreciaciones pero, de momento, prefieren que no vean la luz hasta que haya conclusiones.

Después de la visita a este polígono, la dotación acude a uno de los tres Centros de Defensa Forestal de la provincia: el de la Resinera. Los otros son los de Tablones y Puerto Lobo. Todos son lugares de trabajo del personal de extinción adscritos al Plan Infoca y apoyan las tareas de prevención.

Ya en la Resinera, capta la atención un gran helicóptero Bamby Bucket dorado por el sol de Fornes. Su piloto cuenta que el vehículo acaba de llegar de Almería, donde ha trabajado durante tres días seguidos. Tiene dos motores y otro que arranca a estos dos; como los grandes aviones. Y tiene tres hélices.

Desde este centro de La Resinera se gestiona el Plan Infoca durante todo el año. Dispone de aulas de formación, retenes, gimnasio, oficinas, área de gestión administrativa y despacho técnico, entre otros.

En la oficina del Cedefo, los técnicos reciben información y la canalizan. Están conectados con la Policía, el 112, Guardia Civil y administraciones como ayuntamientos. El centro tiene siete retenes adscritos con siete miembros cada uno. Además, cuentan con tres camiones de extinción y una nodriza de abastecimiento, así como con cinco puestos de vigilancia. Unos kilómetros más arriba hay una avioneta que pilota Juan Carlos Gómez Verdugo, uno de los grandes expertos en extinción.