La graduada en la Universidad de Granada que pasó de ir a por el cinco raspado a la excelencia
UGR
Rocío Sánchez Muñoz, almeriense y titulada en Trabajo Social por la UGR, primer premio Fin de Carrera de su titulación
“Si puedo hacerlo, ¿por qué no?” La de Rocío Muñoz Sánchez (Huércal Overa, Almería, 1990) ha sido una trayectoria cocinada a fuego lento, con idas y venidas, pero de esas que dejan poso. Ha pasado por las dos últimas crisis, la económica y la sanitaria, y ha visto recompensado su esfuerzo académico con un logro extraordinario, un primer Premio Nacional Fin de Carrera en Ciencias Sociales y Jurídicas. La convocatoria, que mantiene un retraso crónico, se resolvió el pasado 14 de diciembre y galardona a los mejores expedientes de quienes finalizaron sus carreras en el curso 2016/2017.
Se crió en Sierro. Cuando finalizó el Bachillerato decidió cursar un ciclo formativo de Formación Profesional en Información y Comercialización Turística. Finalizó en 2010, cuando arreció la crisis económica. Las consecuencias de aquella debacle obligaron a Rocío a tomarte un paréntesis de tres años y quedarse cerca de casa. Ocupó ese tiempo con cursos de formación, idiomas y trabajo. “Después retomé los estudios” en la Universidad de Granada. Aquel paso, el viaje de Almería a la UGR, “me pilló más grande, piensas las cosas de otra manera”. En la elección del grado pesó mucho la cuestión de las salidas laborales. Sus opciones se restringieron a dos,Administración y Dirección de Empresas (ADE) y Trabajo Social. “Como no tenía nota suficiente, me matriculé en Trabajo Social”. Vino a Granada porque, entre Almería y a capital granadina, “como ciudad” le gustó más la segunda opción.
Los tres años de parón “me hicieron reflexionar”. Recuerda que “siempre había pensado que si con un cinco me sobra, ¿para qué dedicarle más tiempo?”. Rocío llegó a una conclusión: “¿Por qué no dar lo mejor de mí?”. Se lo tuvo que tomar muy en serio, porque su expediente le ha permitido ser premiada como la mejor a nivel nacional de su titulación. La UGR cuenta con otro primer premio en esta última convocatoria, Noelia Parejo Jiménez, titulada en Pedagogía por la UGR. Otros nueve graduados han sido reconocidos con segundos y terceros premios por sus brillantes expedientes en el 2016/2017.
Rocío se fajó en sus estudios y “esas notas me han abierto puertas”. Sus años de universitaria fueron intensos. En tercero se fue de Erasmus a la ciudad francesa de Marsella por un curso. Aquella experiencia quedó marcada por los atentados terroristas de la sala Bataclan de París y en Niza. “Había una incertidumbre muy grande”.
Una decena de premiados en la UGR
El Ministerio de Universidades concede 57 primeros premios para los que hayan finalizado sus estudios en 2016/2017, que están dotados con 3.300 euros. En la Universidad de Granada han conseguido este reconocimiento dos egresadas, RocíoSánchez, titulada en Trabajo Social, y Noelia Parejo Jiménez, titulada en Pedagogía. Además de los primeros premios, hay otros 57 segundos premios, con una dotación de 2.650 euros, y otros 57 terceros premios, con 2.200 euros para cada uno de ellos. En estas categorías, la UGR suma otros nueve graduados reconocidos por el Ministerio. Rocío asegura que solicitó la convocatoria sin muchas esperanza de ser pemiada. “Lo eché y me despreocupé. Cuando me lo concedieron, no me lo creía”, recuerda esta almeriense formada en Granada.
Regresó para cursar cuarto y realizar sus prácticas en el programa Namana de la Fundación Agua de Coco. Al terminar, asegura que “no tenía muy claro” qué hacer. Se matriculó en el máster Problemas sociales, dirección y gestión de programas sociales, que se imparte en Ciencias Políticas. No llegó a terminar el trabajo fin de máster, pero se matriculó en un segundo posgrado, en la Facultad de Ciencias de la Educación, bautizado Investigación e innovación en el currículo y la formación. La almeriense compaginó estos estudios un el trabajo en la Unidad de Igualdad y Conciliación de la UGR, gracias al Programa de Garantía Juvenil. Su contrato finalizó en mayo de 2020 pero regresó a la Unidad en septiembre gracias a una subvención estatal. Allí se empeñó hasta diciembre de 2020.En abril de 2021 se incorporó al Instituto Universitario de Investigación de Género e Igualdad de la Universidad de Málaga, desde donde mantiene esta conversación telefónica.
De sus años en López Argüeta recuerda especialmente los primeros años de la carrera, la docencia con José Luis Cabeza y Jerónimo Barranco. Ahora, como trabajadora social, critica la falta de conocimiento que persiste sobre su labor. “La gente dice ‘ah, sí, la que da la ayuda’. Ni profesionalmente ni académicamente está valorado”. Cree que en esto pesa el peso que lo económico tiene en la sociedad y que únicamente se recurra a los trabajadores sociales cuando hay que tramitar una subvención.
En estos primeros años de su trayectoria profesional se afana en el ámbito de la igualdad.“Parece que avanzamos hacia una sociedad más igualitaria, pero a veces me sorprende gente joven con pensamientos que se creían superados. Y eso sigue ahí”. Sobre quienes cuestionan el trabajo que se realiza en igualdad, la almeriense apunta que ella opta por no entrar al trapo.“Hace años que he decidido que no merece la pena, que no se llega a ninguna parte”.
De su trabajo le gusta comprobar que todo el esfuerzo que se hace es capaz de conseguir avances, “ver que lo que haces tiene resultados, aunque cambie una cosa muy chiquitita. No me desanimo, esto es una carrera de fondo”.
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