La gran familia del Pepe Quiles

Pepe Quiles junto a uno de sus hijos, David, que se encarga del negocio junto a su hermano Carlos.
Pepe Quiles junto a uno de sus hijos, David, que se encarga del negocio junto a su hermano Carlos.
Guadalupe S. Maldonado

10 de enero 2015 - 01:00

MESÓN PEPE QUILES

Como en casa. La fiel clientela del Mesón Pepe Quiles sabe bien que comer en el conocido restaurante granadino es lo más parecido a comer en casa. No sólo porque los platos que elaboran en su ajetreada cocina se preparen con todo el amor del mundo y rezumen sabor casero, que también, sino porque el trato es como el de una gran familia.

Pepe y Mercedes, el matrimonio que hace 28 años decidió dar un giro a su vida convirtiendo un secadero de tabaco y una vaquería en un restaurante que hoy es un referente de la gastronomía granadina, han legado a sus hijos Carlos y David una forma de trabajar en la que prima el trato al cliente. Pese a estar jubilados, la impronta de Pepe y Mercedes -que siguen ejerciendo de 'consejeros' para sus hijos, responsables actuales del negocio- está muy presente en el Pepe Quiles. "La calidad de nuestros clientes es lo que nos diferencia. Es el orgullo de la casa", asegura el fundador del establecimiento.

Obviamente, con el paso de los años el restaurante, situado en Bobadilla, ha evolucionado. Si algo han demostrado Pepe y Mercedes es que nunca han tenido miedo al cambio. Primero dieron un salto hacia delante desde la agricultura y la ganadería, pasando de "cultivar tabaco a la restauración"; y, después, transformaron su venta familiar en un restaurante especializado en marisco. "Le dimos un giro de 90 grados. Fuimos cambiando la carta e introdujimos los mariscos", que ahora son una de las especialidades del restaurante, explica Pepe Quiles.

Lo siguiente fue ampliar el establecimiento, añadiendo un salón de más de 120 plazas que le ha permitido albergar eventos y seguir creciendo con el paso de los años. Con tres espacios interiores -además de una barra que siempre está llena y que es la preferida de muchos de los clientes fijos del restaurante- y un patio delantero que en verano se convierte en un vergel, el Mesón Pepe Quiles está preparo para acoger comidas familiares, reuniones informales o eventos de mayor envergadura.

En el restaurante de Bobadilla han cambiado cosas, por supuesto, pero otras siguen intactas. La sencillez y el cariño -que en ningún caso choca con la calidad y la exquisitez- continúan siendo la marca de la casa. También permanecen los clientes, que llegan de Granada y de otros puntos de España. Quiles recuerda que todavía hoy acuden al restaurante clientes que lo estrenaron en 1986. "De hecho, tenemos clientes desde antes incluso de abrir el negocio", asegura.

Después de 28 años al pie del cañón, el Pepe Quiles tiene hoy en día un papel predominante en el mapa gastronómico de Granada y es casi un lugar de 'peregrinación' para sus clientes, que vuelven una y otra vez a probar sus platos tradicionales, sus pescados a la sal, sus mariscos frescos que cocinan como nadie y su carne a la parrilla. Porque el Mesón Pepe Quiles tiene platos y precios para todos los gustos. "El nuestro es un negocio en el que hay para todos. Desde menú del día [contundente] hasta platos de la cocina mediterránea realmente especiales", de los que no se encuentran en cualquier sitio. Y todos bien representados por Carlos y David, que llevan la restauración en las venas -el otro hijo de Pepe y Mercedes, Raúl, también se dedica a la gastronomía- y que, siguiendo los pasos de sus padres, han conseguido ampliar la gran familia del Pepe Quiles.

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