De gran hotel de cinco estrellas a residencia de lujo para los pájaros
desarrollo turístico | otro proyecto que choca con el urbanismo
El resort Salud y Natura proyectado en el Cercado de Santa Cruz de Almuñécar se encuentra paralizado desde el año 2007 La batalla judicial entre la Junta y el propietario continúa
En Almuñécar, a la frase de Ortega y Gasset se le puede añadir "... según el cristal (político) desde el que se mire", no en vano es uno de los municipios donde esta faceta se vive de una manera más exacerbada. Al margen de interpretaciones de esta índole, existen realidades que están a la vista de cualquiera. Una de ellas es el edificio fantasma que un día quiso ser un gran hotel de cinco estrellas y que ahora mismo tan sólo es una residencia de lujo para los pájaros que por allí revolotean.
Su historia comienza cuando Trinitario Betoret y su esposa compraron una finca en la zona del Cercado, situada en la vega del río Seco de Almuñécar, hace 14 años. Tal y como recuerda este empresario levantino, les pareció que allí estaba su paraíso tropical. Ya conocían la zona, porque en 1968, el tercer día de su luna de miel, visitaron la ciudad sexitana. Más tarde, según relata, "los negocios me volvieron a Granada". Se dio cuenta de que la Costa granadina suponía un terreno "virgen en un alto porcentaje", por lo que pensó poner en marcha el resort Salud y Natura: un complejo dirigido a turistas de alta capacidad adquisitiva donde podrían pasar largas temporadas durante el año, disfrutando del privilegiado clima de la comarca al tiempo que cuidaban su salud. Para este proyecto, necesitaba una ubicación, por lo que la pareja buscó el lugar más adecuado, según cuenta, hasta que encontró la finca el Cercado de la Santa Cruz, en Almuñécar.
"Nos pareció que era el paraíso, pues se parecía a lo que narra la Biblia de que se encontraba entre el Tigris y el Eúfrates, sólo que aquí estaba entre el río Seco y el río Verde", cuenta Betoret, perteneciente a una saga de empresarios. "Era el paraíso tropical", añade. Sus razones eran que "es un remanso de paz, sólo estar aquí ya invita a la tranquilidad, está a 1,5 kilómetros del mar y en plena naturaleza".
Cuando pidió la licencia, el pleno del Ayuntamiento (entonces era alcalde Juan Carlos Benavides) declaró a principios de la década de 2000 la utilidad pública de interés social del proyecto, ya que "tenía en cuenta el importante impacto económico-social que tiene para Almuñécar una instalación así, porque era capaz de romper la estacionalidad de la zona", defiende Trinitario Betoret.
De ahí que comenzara a construir un complejo que constaría de un hotel de 5 estrellas, con 99 habitaciones de aproximadamente 50 metros cuadrados cada una -de las que cuatro serían suites especiales, seis suites junior superiores y 89 dobles-, tres restaurantes, una biblioteca singular y una bodega. Se levantaría sobre una parcela con una superficie de 22.000 metros cuadrados y ocuparía un edificio con planta baja más tres de altura. Iba a estar rodeado de un espectacular jardín tropical, para lo que se acondicionaría una parcela de casi 15.000 metros cuadrados. Incluiría además, un centro de convenciones y un Club Salud y Natura con toda clase de servicios lúdicos terapéuticos. En la parte superior, también estaban proyectadas casas y apartamentos para su venta y alquiler.
Desde que se inició la tramitación hasta que se empezó a construir habían transcurrido 5 años, entre informes, proyectos, estudios, autorizaciones… En 2005 arrancan las obras, pero en julio de 2007 reciben una orden de paralización por parte de la Junta de Andalucía, en base a que el Ejecutivo autonómico no está de acuerdo con la forma en la que se concedió la licencia. El proyecto estaba al 80% de ejecución.
Para Betoret se trata de "una interpretación distinta por parte de dos administraciones", que ha provocado para él y sus negocios "un auténtico desastre", ya que se encuentra con un edificio fantasma que se está deteriorando con el tiempo, "aparte de la pérdida de puestos de trabajo que se podían haber generado para la zona". "Hay que tener en cuenta que pensábamos amortizar esto a unos 20 años" y, aunque el complejo no funcione, tiene que seguir pagando sus letras al banco.
En un recorrido por estos edificios donde se ha parado el tiempo, se adivina el lujo con el que iban a contar: el estilo rococó en un cortijo del siglo XIX, ocho suites con nombres andaluces como Sierra Mágina, Alhambra o Mezquita… Terrazas, balcones, cuartos de baño temáticos, habitaciones originales, rincones románticos entre jardines y patios a doble altura. En los alrededores, un acueducto romano y espacios verdes.
Hace año y medio ganaron el pleito, asegura Betoret. Sin embargo, la parte contraria recurrió y continúan en vía judicial. De momento, lo único que han conseguido es paralizar la orden de derribo. Según el empresario, "es impensable que en pleno siglo XXI no se tomen las decisiones necesarias para arreglar esta situación, creo que es legalizable, puesto que no es una construcción ilegal", de aquí que pida una solución para el limbo en el que está su hotel.
Sin embargo, los tribunales no opinaron así sobre la legalidad de la obra, pues fueron dando la razón a la Junta desde que ésta interpusiera un recurso el 24 de octubre de 2000. El Tribunal Supremo, en un auto del 21 de mayo de 2009, confirmó la sentencia dictada un año antes por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Y se venía a decir que "no hay ninguna razón que justifique la autorización de esta construcción en suelo no urbanizable". Esta figura se había venido utilizando de forma irregular en aquellos años para permitir pelotazos urbanísticos, pues se construía como si fuera suelo urbano en unos terrenos que han costado un precio ridículo justamente porque en ellos no se podía construir.
Desde IU de Almuñécar, también creen que se trataba de obras ilegales. De hecho, Fermín Tejero, concejal de dicha formación política, firmó una denuncia el 3 de diciembre de 2010, sobre las "supuesta realización de obras ilegales en el lugar conocido como Cortijo de la Santa Cruz para la construcción de un hotel". El delegado de la Junta, Manuel Morales, preguntado sobre este asunto, respondió que no se pronunciaba sobre este tema, puesto que "está en vía judicial".
Por su parte, tanto el anterior equipo de Gobierno de CA -que ha reiterado repetidamente la legalidad de su actuación- como el empresario promotor proponen una reflexión: 14 millones de euros y 100 puestos de trabajo en estos tiempos con un proyecto novedoso que podía haber traído turistas de alto nivel, han sido tirados por la borda y perdidos en una maraña burocrática sin solución aparente. Y un hotel que no será derribado y que seguirá criando maleza en un terreno que ya no será dedicado a otra cosa.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Caja Rural Granada
Contenido ofrecido por Caja Rural Granada
Contenido ofrecido por Aguasvira