Granada respalda como Bien Cultural la actividad de la caza de la perdiz con reclamo
La práctica de este tipo de caza se remonta a época medieval y destaca por sus valores patrimoniales "inmateriales"
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Granada/Andalucía ha iniciado el expediente para inscribir la caza de la perdiz con reclamo como Bien de Interés Cultural (BIC) en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de esta comunidad y con la tipología de Actividad de Interés Etnológico.
La Consejería de Cultura y Deporte ha emprendido este trámite a través de la Dirección General del Patrimonio Histórico, según ha informado este miércoles la Junta en un comunicado.
El expediente para la inclusión en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía como BIC de esta actividad etnológica cuenta con el respaldo de 143 ayuntamientos andaluces y de las diputaciones provinciales de Granada , Jaén y Sevilla.
La práctica de este tipo de caza se remonta a época medieval y destaca por sus valores patrimoniales "inmateriales", vinculados al conocimiento de la naturaleza transmitidos de generación en generación por el amplio grupo social que la practica.
El desarrollo de esta actividad, que se inscribe en el Catálogo General bajo la figura de mayor protección, implica un proceso de aprendizaje y la adquisición cultural de habilidades que se manifiestan en el saber hacer, en códigos específicos de conducta, en una simbología propia y el desarrollo de un léxico particular.
A ello se suma la artesanía relacionada con el mundo de la perdiz con reclamo que involucra a artesanos de otros oficios, principalmente a herreros y carpinteros.
Práctica cinegética
Esta práctica cinegética se estructura en torno a un doble eje de espacio y tiempo, de modo que el primero está constituido por la casa del cazador y el campo donde tienen lugar los lances.
En cuanto al tiempo, se divide en un segmento limitado, durante caza, y otro continuado y dilatado para los ciudadanos de los perdigones enjaulados que servirán de reclamo en el periodo permitido para la veda.
Esta práctica se desarrolla en los cotos, donde tiene lugar el lance entre el macho de perdiz enjaulado, adiestrado por su contacto con el reclamista y las perdices silvestres que, movidas por el instinto de su ciclo biológico, acuden a la provocación.
La elección del sitio de la plaza y la distancia y orientación del puesto son decisiones claves para resultado final de la jornada, y por eso se apoyan en un conocimiento previo del ecosistema, de la orografía y de la observación del comportamiento de las perdices de la zona.
La caza tradicional de la perdiz con reclamo ocupa buen parte del tiempo de ocio del colectivo de cazadores, por lo que la secuencia temporal de la actividad se despliega durante el ciclo anual completo, y no solo en el periodo álgido de la caza que coincide con el momento del celo.
La modalidad de caza de perdiz con reclamo cuenta con arraigo en el área mediterránea desde al menos época romana.
No obstante, ha cambiado la forma de captura debido a la invención de la pólvora, hito que supuso una primordial transformación de la antigua manera de cazar, donde el uso de trampas y cepos primaba sobre otras técnicas.
Sin embargo, en esencia, el desarrollo de la técnica no varía del que describieran los autores clásicos o del que atestiguan algunos mosaicos romanos.
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