Granada se tiñe con los colores de Palestina para reclamar el fin del genocidio en Gaza

Blanco, verde, negro y rojo. Esos han sido los colores que han inundado parte de Granada durante la tarde de este jueves, 18 de septiembre, jornada en la que unas 4.000 personas han recorrido las arterias principales de la capital para condenar las acciones israelíes contra el pueblo de Palestina.

La marcha convocada por plataformas como Global Movement to Gaza, BDS Movement y diversos colectivos estudiantiles de Granada ha partido desde Plaza Nueva pasadas las 19 horas, lugar en el que se ha desplegado una bandera palestina de más de 20 metros, sostenida por varios de los manifestantes con un mensaje claro: reclamar la entrada de ayuda humanitaria y el fin de la violencia en Gaza.

La participación ha sido cuanto menos plural, con personas de todo tipo de género, edad y procedencia, puesto que la tarde ha contado con una alta participación de manifestantes de origen árabe.

Tanto es así, que la prenda con mayor representación en el lugar ha sido la keffiyeh, un pañuelo tradicional árabe, generalmente de algodón, que se lleva en la cabeza o alrededor del cuello. Este mismo pañuelo fue lucido por el actor español Javier Bardem en la reciente edición de los Premios Emmy. La prenda es originario de la región de Oriente Medio y se asocia especialmente con Palestina, aunque se usa en otros países árabes. Suele ser de color blanco y negro y en este país se ha convertido en un símbolo de identidad nacional y resistencia.

De esta forma, sin percusión y sin gritos comenzó la marcha frente a los atónitos turistas asiáticos, que aguardaban un transporte hacia la Alhambra que no llegaría debido a los cortes de tráfico previstos para la propia marcha.

Como suele ser habitual, diferentes grupos coreaban sus propias consignas con el proceder de la marcha, sin embargo, uno de los gritos se ha contagiado y ha retumbado al unísono en la calle reyes católicos: “No es una guerra, es un genocidio”.

La manifestación ha estado encabezada por una serie de barcos de papel que sostenían tanto niños como adultos. Una de las jóvenes ha explicado a este diario que “con ellos mandamos amor a toda Palestina a través de ríos y mares”. "Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá", ha continuado contando la joven tras charlar con este redactor.

Estos barcos han sido elaborados en Plaza Nueva horas antes bajo la consigna de crear una "flotilla global de papel", y su destino esta tarde era el río Genil.

El momento de mayor tensión se ha producido cuando un hombre se ha burlado de la marcha desde uno de los balcones que daba a la calle Reyes Católicos. El varón gesticulaba con la intención de ridiculizar la manifestación exagerando sus carcajadas. Este acto no ha pasado desapercibido para algunos manifestantes. Dos mujeres argentinas han increpado al hombre gritándole “cobarde, sos un asesino de niños, cagón”. El interpelado, confiado desde varios pisos de altura, grababa el momento mofándose de aquellos que le insultaban. "Baja aquí", le retaba otro hombre de mediana edad visiblemente enfurecido.

Aunque en otras ciudades de España se produjeron disturbios durante manifestaciones de esta índole, la situación no ha pasado a mayores y la marcha ha continuado su marcha hacia la ribera del río Genil, donde concluiría tras la lectura de un manifiesto.

La parte de la marcha que producía mayores decibelios era la perteneciente a los colectivos de estudiantes, quienes con gritos y palmas acompañaban cánticos como "¡Fuera sionistas de la universidad!", "¡Lucho contigo, hermano palestino! o ¿Dónde están? No se ven las sanciones a Israel".

Los manifestantes no han dudado en señalar a algunas de las grandes multinacionales presentes en la calle Reyes Católicos, haciéndoles cómplices de lo que consideran un genocidio gritando "Gaza sangrando y el mundo está mirando".

Finalmente, la marcha se ha disuelto alcanzada la noche con consignas apagándose entre banderas, keffiyehs y gritos colectivos. Granada se ha sumado a un clamor que trasciende fronteras y que esta tarde volvió a teñir de reivindicación las calles del centro.