El entorno de la Catedral está vallado desde esta tarde tras desprenderse un fragmento de la fachada tras el fuerte terremoto de 4,3 grados registrado ayer. Y sobre las 19 horas ha llegado a la plaza de las Pasiegas una enorme grúa para intentar reparar los desperfectos detectados y evitar que pueda caer algún cascote a los transeúntes. 

Se han revisado  especialmente los pináculos y los técnicos han estado toda la tarde en los tejados para realizar mediciones y comprobar la estabilidad y si hay que tomar alguna medida.

Los técnicos del Arzobispado, según han confirmado desde la Curia, están revisando sobre todo revestimientos y elementos que se hayan podido ver afectados tanto en el interior como en el exterior. Dentro no se ha detectado ningún daño o visualizado grietas tras los seísmos, según confirman. 

Ya a última hora el Arzobispado informó que en la revisión los técnicos detectaron dos pináculos partidos de la fachada principal, de los cuales uno de ellos había caído al suelo. La zona, acordonada, permanecerá así hasta concluir los trabajos de revisión, comprobación y consolidación durante los próximos días, sin que se hayan detectado daños mayores. Se han revisado todos los pináculos y mañana sábado continuarán los trabajos.

La Catedral, vallada desde esta tarde.

Estas revisiones entran dentro del trabajo que están haciendo en diferentes iglesias para ver los posibles efectos de los terremotos. Han estado en Santa Fe, Atarfe, la Malahá y también en la de San Cristóbal del Albaicín