Los guardianes del Paso del Estrecho
El periodo de mayor tránsito en el Puerto de Motril agudiza la atenta mirada de los agentes de la Guardia Civil que revisan cada vehículo al milímetro
La Unidad de la Sección del Puerto de Motril existe desde la creación del mismo puerto ya que, al ser de interés general, debe contar obligatoriamente con una Unidad del Resguardo Fiscal del Estado, que en España está formada por la Guardia Civil. En verano, se refuerza el dispositivo a causa del paso del estrecho, especialmente este año en el que, por primera vez, Motril ha sido incluido en la OPE 2012.
A la treintena de agentes que presta servicio en el Puerto de Motril de manera permanente durante todo el año, en la época estival les prestan apoyo guardias civiles de otras unidades: antidisturbios, equipos Tedax, perros detectores de drogas, explosivos y personas, "y todos aquellos equipos que se van estimando necesarios según las circunstancias", según explica el teniente jefe de la sección, Salvador Fernández Botello. De ahí que ahora lleguen a los 60 componentes, según informa.
Los cometidos de la Unidad de la Sección del Puerto de Motril se dividen en tres facetas: De una parte, de naturaleza fiscal, encaminadas a evitar y perseguir el contrabando, persecución del tráfico de drogas y evasión de capitales, entre otras. De otra, de seguridad portuaria, para evitar cualquier tipo de acción hostil contra las instalaciones portuarias y los buques atracados en el Puerto. Y, por último, de seguridad ciudadana. Éstas últimas son las funciones comunes a la mayor parte de las unidades de la Guardia Civil, como prevención de delitos contra el patrimonio o recepción de denuncias.
La Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad determina que las funciones de resguardo fiscal del Estado y aquellas encaminadas a evitar y perseguir el contrabando, así como la custodia de los puertos son competencia exclusiva de la Guardia Civil, lo que hace que desde la creación del Puerto de Motril se hiciera necesario la creación de una unidad para llevar a cabo estas misiones, al igual que en todos los puertos españoles considerados de interés general.
El día a día de esta unidad, según relata el teniente, "es muy variado, pues las situaciones cambian: se dan casos de aprehensiones de droga, recuperación de vehículos sustraídos, incautación de tabaco de contrabando, detención de inmigrantes ilegales..." Éstas son algunas de las actuaciones que describen como "más frecuentes", pero también se les han dado casos "más raros", como marineros fallecidos en buques mercantes o vertidos.
Granada Hoy ha acompañado a los guardias civiles del Puerto de Motril para conocer cómo transcurre una jornada de trabajo en plena Operación Paso del Estrecho, en la que en tan sólo 15 días pasaron por Motril más de 7.000 personas.
Minutos antes de realizarse el embarque al Volcán de Tinamar que les llevará a Melilla el perro de los Tedax rastrea todos los rincones de la zona de estacionamiento de los vehículos."Es difícil que suceda algún incidente", comenta uno de los especialistas que ha llegado desde Madrid a Motril con motivo de la OPE, "pero si surge algo, aquí estamos nosotros para valorarlo, examinarlo, comprobarlo y, si es necesario, explosionarlo en un lugar aislado que no represente peligro para nadie". Estamos en julio, en plena OPE, y están a tope de trabajo.
Acaba de llegar el ferry procedente de la ciudad autónoma y los primeros automóviles descienden a tierra. Los controles que se hacen a quienes llegan son distintos a los que se marchan, así a los que llegan de Melilla se vigila sobre todo que no traigan drogas. Por ello, en la línea de control el perro que está entrenado para detectar estupefacientes husmea los automóviles. Llegan los vehículos pesados, "normalmente los camiones que vienen a Motril lo hacen de vacío, pues dejan allí la mercancía", señala uno de los agentes de la Guardia Civil. "De ahí que los controles sean visuales", explica mientras solicita a uno de los camioneros que levante el toldo que tapa la parte trasera del trailer para comprobar que no lleva nada ni a nadie en su interior.
En el sentido Motril-Melilla los coches ya han comenzado a entrar en el barco. "Los controles de los que marchan del puerto granadino se ciñen a temas de evasión fiscal", aclara el sargento Rossini. Esta unidad intenta recuperar los vehículos robados en Europa y evitar que puedan tener salida en el mercado africano. En lo que va de año la Guardia Civil ha conseguido recuperar una quincena de coches.
Los agentes ordenan que se detenga un coche que en su remolque lleva una motocicleta totalmente nueva, solicitan a su conductor que se identifique y que les enseñe los papeles que acrediten que es de su propiedad. Esta vez es una falsa alarma, pero al viajero parece no sentirse molesto, consciente de que si a él le hubieran sustraído su preciada moto, así podría recuperarla.
A los turismos nuevos es frecuente que los den el alto para comprobar que no son vehículos robados. A los conductores les piden que se echen a un lado y que les enseñen la documentación del auto, para así constatar que coincide con el número de bastidor.
En esta ocasión, han dado el alto a una furgoneta que ha levantado sospechas. Pese a que no aparenta un estado nuevo, las placas de matrícula sí lo son, lo que conlleva que los agentes pidan al conductor que estacione su vehículo dentro de la nave que la Guardia Civil dispone en el puerto motrileño para estos efectos. Después de un examen minucioso, en principio, no encuentran elementos probatorios para su detención, por lo que después de fotografiar las placas de matrícula le dejan proseguir su camino. No obstante, mientras él viaja rumbo a Melilla, los agentes verificarán que no hay una denuncia de sustracción de un automóvil de estas características en la Interpol para que, en caso afirmativo, se proceda a su detención cuando llegue a destino.
Pero no sólo los coches nuevos son objeto de un análisis más pormenorizado. Los que llevan los portaequipajes cubiertos con lonas también son examinados de manera más profunda, para verificar que lo que transportan no son artículos en evasión fiscal. Así, al conductor de un automóvil que lleva en su interior toda la parte trasera repleta de pequeños televisores, se le ordena que lo conduzca hacia la citada nave. En este caso, está bastante claro que lo que pretende este individuo es revender dichos artículos en Marruecos. Los agentes le exigen las facturas de haber adquirido este género en una tienda de electrodomésticos y, como parece que son teles de segunda mano, le piden que declare estos artículos en la aduana fiscal.
En la terminal de pasajeros el acceso también está controlado por esta unidad de la Guardia Civil. Por ello, los viajeros tienen que pasar por debajo del arco del detector de metales, mientras que sus maletas son revisadas por el escáner para evitar que se suban a bordo artículos prohibidos. Aunque en este punto de acceso la seguridad privada es la que revisa estos extremos, siempre está la atenta mirada de los agentes de la Guardia Civil, por si es necesario actuar.
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