Granada

Algo más que la guinda sobre el pastel

Amás de 1.000 metros de altitud, en la vertiente noroeste del Parque Natural de Sierra Nevada, se asienta la singular y serrana localidad de Güéjar Sierra (la Qaryat Walyar musulmana), con el espectacular Embalse de Canales a sus pies. Altas cumbres, arroyos y manantiales, restos arqueológicos y monumentos se dan la mano con senderos llenos de historia y unas tradiciones con carácter propio. Fue declarada por la Unesco Reserva de la biosfera en 1986, Parque Natural en 1989, y una década más tarde, Parque Nacional.

Su amplia y variada gastronomía local, propia de los pueblos de la Sierra, se compone de platos energéticos para soportar el trabajo y los fríos invernales. El cerdo ocupa una posición central en la gastronomía de Güéjar Sierra, pero tan típico, y no menos importante, es el famoso choto al ajillo, un plato alpujarreño que es un manjar exquisito. La trucha, las migas de harina o de pan, las gachas con aliño, la ensalada de orejones y otras especialidades como las tortas de chicharrones a base de manteca de cerdo y harina, las tortas de aceite o los roscos de anís, forman también parte de la oferta gastronómica autóctona. Un producto muy tradicional y que se elabora artesanalmente es el queso de cabra. Como reminiscencias del pasado, aún podemos degustar en Güéjar Sierra platos de la cocina arábigo-andaluza, tales como la caldereta de cordero a la güejareña, el potaje de castañas y boniatos, el tañí de ternera, la pastela de pichón, la leche frita con miel, la cuajada de almendras y pasas, etc.

Uno de los productos estrella de Güéjar Sierra, gracias a las condiciones climatológicas de la zona, son sus cerezas: de color picota, buen calibre y gran sabor y dulzura. Y alrededor de esta fruta y en plena temporada de recolección, ayer sábado se celebró, por segundo año consecutivo, el Festival Gastromusical de Güéjar Sierra y la Primera Ruta de la Tapa Cerecera, dentro de las V Jornadas Gastronómicas de la Cereza Güejereña. La producción de esta fruta destaca a nivel nacional y son muchas las familias de esta localidad las que generación tras generación han mimado sus cerezos para que hoy podamos disfrutar de una cereza única en España. A través de estas jornadas se pretende apoyar a quienes, desde la economía local, se dedican a su cultivo, a la vez que potenciar su calidad y consumo, no solo como producto fresco sino también introduciéndolo dentro de la rica gastronomía autóctona.

Este año han participado establecimientos, elaborando una tapa en la que la cereza güejareña tenía que ser uno de los ingredientes: Abacería El Refugio, Asador Casa Chiquito, Bar Montoya, Bar Poli, Bodega Tajo Cabañiles, Casa Pepe, Casa Puente, Chiringuito Las Lastras, Como en Casa, El Mesón, El Portón, Encapaco Bar, Hotel Juan Francisco, La Cafetería, Mesón Celia, Panadería Marín, Restaurante La Era, Restaurante La Fabriquilla, Restaurante La Hacilla y Restaurante La Solana. Un jurado profesional, del que tuve el honor de formar parte, tuvo la gran responsabilidad de elegir una tapa ganadora. Los parámetros para puntuar las diferentes elaboraciones fueron: presentación, originalidad, sabor y operatividad, entendiendo por esta última, la facilidad para un establecimiento de servir esa tapa y no verse desbordado en cocina: no se trata de hacer alta cocina en miniatura sino tapas originales que puedan ser servidas como tales. Quizás fue éste último parámetro el que decidió al final la tapa ganadora, ya que las hubo riquísimas y muy originales pero muchas de ellas de complicada elaboración: desde la minihamburguesa de ternera con esferificación de cereza (Asador Casa Chiquito) o el sushi de cereza con sus láminas de jengibre y su wasabi pasando por las típicas migas con cerezas (El Mesón) o las delicias de choto con salsa de esta fruta (Chiringuito Las Lastras), hasta el camember frito con su reducción de cereza (La Cafetería) e incluso tapas dulces que más que tapas eran postres en miniatura.

La tapa ganadora del primer premio del jurado fue el Croquant de Paté de Cereza, una tapa salada con una mezcla muy interesante de sabores y texturas.

Un jurado popular tuvo el mismo cometido, pero al tener todo el día de ayer para recorrer los establecimientos participantes y depositar su voto en las urnas previstas para ello, no conocíamos el ganador al cierre de esta edición.

Para animar a propios y extraños, la jornada transcurrió con música por las diferentes plazas y locales. El grupo Befunkbop amenizó el día tocando por los bares participantes en el Gastrofestival. A las 19:00, en el río Maitena, comenzó un concierto de taboada TRío, dos guitarras y un trombón en un lugar idílico. Pero también hubo actividades paralelas para disfrutar en familia, como paseos en canoa por el pantano o las Olimpiadas Cereceras. A las 22:30h dieron comienzo los conciertos en el polideportivo del Colegio Sierra Nevada: música para todos los gustos con Cubop y su Latin Jazz, Freedoni y Caballito.

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