"Estoy harto de oír tantas mentiras y chorradas sobre García Lorca"

guasapeando que es gerundio

El día 18 se inaugura en la Biblioteca Provincial la nueva exposición de José García Salobreña

El pintor de Fuente Vaqueros dice que aún hay esperanza para recuperar la vida del medio rural de la Vega

José García Salobreña, en las choperas de la Vega. / G.h.
Andrés Cárdenas

14 de mayo 2017 - 02:35

Este artista es de mensaje persistente. Es un pintor no alineado empeñado en rescatar los valores rurales de la Vega de Granada. Sus abuelos compartieron charlas con los padres de García Lorca, lo que le da derecho a decir que son muchos los que se han querido aprovechar de la fama internacional del poeta. Gasta un hablar precipitado en el que introduce lo que él cree que son verdades como puños. José Salobreña inaugura el jueves en la Biblioteca Provincial de la calle Sáinz Cantero una exposición retrospectiva en memoria del padre de Federico García Lorca. La muestra estará hasta el 23 de junio.

-¿Cómo estás, Pepe?

-Que yo sepa, bien. Tengo salud, trabajo y amor. En cuanto al dinero, tal y como está la clase media...

-Hace un tiempo que no se te ve por los medios de comunicación.

-Uno debe salir en ellos cuando tiene que ofrecer algo de utilidad social. Y para llevar a cabo eso tienes que aislarte y dedicarte a trabajar.

-Ahora sales aquí con motivo de una exposición.

-Ciertamente. El día 18 se inaugura una obra plástica que dedico a mi tierra natal y al entorno patrimonial histórico de Fuente Vaqueros. Quiero mostrar el escenario antiguo del pueblo en el que, además, vivió, respiró y enseñó a mi paisano Federico.

-Pero es también un homenaje al padre de García Lorca.

-Sí. Mi propuesta incluye un recuerdo a ese hombre ejemplar que conocí a través de comentarios de mi familia y de personas del pueblo que se llamó Federico García Rodríguez, padre y mentor absoluto de su hijo Federico.

-¿Qué tiene esta exposición que no hayan tenido otras muestras tuyas?

-En ella aparece, a modo de mensaje, detalles e imágenes sacadas de mi archivo familiar y otras cocinadas en mi estudio de pintura y taller de grabado. Es una retrospectiva donde se puede ver el tiempo transcurrido en el entorno personal y social en el que vivo.

-¿Los cuadros hablan?

-Naturalmente, te dan muchos mensajes, incluso cuando están en silencio, que muchas veces es la mejor manera de entenderlos.

-¿Cuál es el mensaje que dan los tuyos?

-Quiero que mis pinturas sean transmisoras de sentires, de denuncias sociales, de paisajes épicos... El arte, si no lleva un contenido vital, experimental o social, a mí, personalmente, no me interesa, no me dice nada.

-Ya que eres de pueblo de Federico García Lorca, ¿sabes algo de él que no se haya dicho todavía?

-Sobre Lorca se han dicho innumerables mentiras y chorradas. Se han escrito dislocados estudios y hay registros disparatados sobre su persona.

-Pero tú también has escrito cosas sobre García Lorca. ¿Tú estás libre de pecado?

-No es por dármelas, pero en mis libros he dicho muchas cosas inéditas sobre él que luego me han copiado e incluso hay quien las ha tergiversado. Yo no puedo decir mentiras sobre Federico porque compartimos raíces.

-Un día me contaste que García Lorca no nació en la casa donde está hoy el museo, sino en otra.

-Cuando el padre de Federico se queda viudo y se casa después con Vicenta, el matrimonio se instala en el número uno de la calle Iglesia. Ahí nace Federico. La casa donde está el museo era la vivienda anterior de su padre, que él ni siquiera pisó.

-Es que se ha mercadeado mucho con Lorca.

-Sí. Se ha mercadeado, robado, esquilmado, estafado… Y el problema es que este disparate, en general, está dañando el desarrollo normal y la atención de la vida local de Fuente Vaqueros y su gente.

-¿Quieres decir que la fama del poeta ha entorpecido el desarrollo del pueblo?

-Bueno... Aquí los gobiernos municipales en vez de hacer otras cosas se han apuntado al tinglado lorquiano, a la paranoia colectiva, como si Fuente Vaqueros fuera el Hollywood de la poesía. Y han desatendido otras muchas necesidades que tienen el pueblo y su gente.

-¿Y quién ha tenido la culpa de todo ese disparate del que hablas?

-Que cada cual aguante su vela. César Manrique y Vázquez Montalbán me animaban siempre a que descubriera todos los montajes y mentiras que se decían sobre Federico, pero… no sé... Siempre me ha dado pereza enfrentarme a tanta estupidez.

-Por cierto, el otro día oí una anécdota graciosa sobre una churrería de Fuente Vaqueros que se llamaba García Lorca.

-Sí. Es real. Resulta que hay unos hermanos de Fuente Vaqueros que pusieron una churrería y la llamaron García Lorca. Alguien de la familia del poeta asesinado quiso demandarlos por utilizar el nombre del escritor. Pero es que los hermanos churreros se llamaban así. ¡Vaya planchazo!

-Lo del centro Lorca, un despropósito... ¿no?

-Es el resultado de una obra más de los que trepan por la fama de Lorca. En cuanto al dinero desaparecido, lo siento por Laura, que es la víctima de una ola de pringaos, a cual más vividor.

-Hace poco publicaste un libro llamado Molino de Viento. ¿Tiene algo que ver con la exposición?

-Claro. Nace del mismo tronco de mi sueño, que es rescatar una época, unas costumbres, unas tradiciones e incluso las postales de un patrimonio hoy devastado y destruido.

-¿Te refieres a la Vega de Granada?

-Sí, por supuesto.

-¿Crees que todavía estamos a tiempo de salvarla?

-Sin duda alguna. Y además lo creo firmemente. Sueño con ello. Pero también la conozco demasiado bien y quienes no tenemos solución somos los granaínos.

-¿Hay algo que rescatar de ella?

-Todo el destrozo cometido durante estos últimos cincuenta años son como un árbol caído. Pero hay tiempo y árboles para rato. Nuestra devastación veguera ha sido obra de la codicia humana. Pero hay esperanza y debemos mirar adelante.

-Pues miremos hacia adelante.

-Yo ya lo hago.

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