La historia de la Casa de los Tiros
A pesar del nombre es casa de paz porque en ella el corazón manda. Nunca en un espacio tan reducido se dio tanta historia de nuestro pasado. Aún veo a Juan Bustos a mi ladoEra esta construcción una pequeña fortaleza con almenas unida a la muralla en el barrio de los Alfareros
PASEANDO por la calle Pavaneras se puede saborear una de las más bonitas lecciones de nuestro pasado sólo con mirar a diestro y siniestro. Empieza en las calles Colcha y Pañera; eran las pavanas unas esclavinas de seda con las que se cubrían las mujeres; ya tenemos un trozo de Granada que nos habla de sus oficios textiles antiguos; colchas, paños y pavanas.
Plaza del Padre Suárez porque allí nació el filósofo y jurista en 1548; sede de la actual Chancillería; Convento de San Francisco, luego Capitanía General y hoy sede del Madoc; el Pilar de Don Pedro, lo construyó D. Pedro de Mendoza; monumento a Isidoro Máiquez desde 1839; Palacio de los Condes de Villalegre; casa de los Marqueses de Casablanca, Casa de los Tiros y en la esquina la Casa de los Duques de Gor. Densa historia en tan pocos metros cuadrados.
Era la Casa de los Tiros como una pequeña fortaleza con almenas, unida a la muralla en el barrio de los Alfareros. Vinculada a la familia Vázquez Rengifo, después a los Granada Venegas, luego a los Marqueses de Campotejar y, tras el pleito del Generalife, propiedad del Estado.
La Casa de los Tiros espera nuestra visita aunque tenga su fachada adornada con agresivos mosquetes (tiros) que sólo están de adorno. Salen cortésmente a recibirnos nada menos que Hércules, Teseo, Mercurio, Jasón y Héctor. Mirando el artesonado de la Cuadra Dorada, me he encontrado con los personajes más dispares de la historia de España. Por allí andaba el sevillano Trajano, emperador de los romanos. Y seguro que no me creen si les digo que vi al propio rey Alarico. ¿Y quién será ése? Preguntarían las ignorantes víctimas de la Logse. Rey de los visigodos, conquistador de Italia y esposo de Gala Placidia, la hermana del emperador Honorio.
He visto a Hermenegildo, ese otro rey visigodo del siglo VI, hermano de Recaredo, el de la odiada lista de los reyes godos. Por allí andaban Alfonso VI, Fernando III el Santo, Isabel la Católica y Carlos V.
Todo el techo está lleno de personajes ilustres: Garcilaso de la Vega, el Gran Capitán y hasta la mujer de Alvar Pérez de Castro, María Ponce de León, heroína que defendió la zona de Martos cuando aquello de la reconquista.
En sus paredes hay bustos de Judith, la que mató a su marido Holofernes por defender a su pueblo; Semíramis, reina de Asiria, la que fundó Babilonia; Pentesilea, heroína de la Guerra de Troya; y Lucrecia, la honesta romana que se suicidó tras ser violada. Son alegorías moralizantes que pretendían servir de ejemplo; muy diferentes a los cutres idolillos de nuestros decadentes medios de comunicación; aunque al paso que vamos no sería extraño que mañana figurara el busto de cualquier famosillo en el frontispicio del Palacio de Congresos.
Casa de los Tiros, edificio noble, patio, jardín, escaleras, vestíbulo, Cuadra Dorada. Museo que es verdadera enciclopedia de nuestra historia local. Salas llenas de Granada, sabor morisco y gitano; sala de exposiciones, pinacoteca de hombres ilustres; nutrida biblioteca, excelentes fondos, archivo y hemeroteca que guardan en sus miles de páginas nuestro pasado recogido día a día en sus numerosos diarios, encuadernados con mimo, digitalizados con primor, atendidos con amabilidad. Nombres ilustres más recientes dejaron y dejan allí su esfuerzo: desde Gallego Burín a González de la Oliva y sus amables empleados y colaboradores; pero el calor de la Casa de los Tiros se consigue saboreando sus fondos y aprovechando su enorme caudal como recurso de investigación inagotable.
Permitan que inevitablemente me acuerde del inolvidable y verdadero cronista de la ciudad Juan Bustos, al que tantas veces vi sentado a mi lado en la hemeroteca, tejiendo con rigor sus espléndidas páginas que tanto le agradecemos. A otros no los veo nunca porque se lo saben todo.
Casa de los Tiros que, a pesar de los amenazantes cañones de sus almenas, es casa de paz, porque allí el corazón manda, tal como recuerda la noble divisa de su fachada.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Aguasvira
Contenido ofrecido por CEU en Andalucía