El homicidio de la cuesta de Escoriaza perseguirá "siempre" a su autora
La asistenta acusada de golpear hasta la muerte a la dueña de la casa asegura que le debía ocho horas de trabajo
Entre lágrimas, Francisca H.M. reconoció que mató a golpes a María del Mar J.B., la mujer para la que trabajaba como empleada del hogar varias horas a la semana, en su domicilio de la cuesta Escoriaza. "Lo lamentaré todos los días de mi vida. Me va a perseguir siempre. No se me va olvidar nunca", sollozó ayer la acusada ante el juez y el jurado popular.
Francisca H. M., de 27 años y madre de tres hijos, explicó que acudió a casa de María del Mar para pedirle que le pagase 80 euros que le debía por ocho horas de su trabajo, varios días en los que había acudido a limpiar a su casa.
La acusada reconoció que María del Mar solía pagarle justo después de finalizar su trabajo, pero que en las dos últimas ocasiones, no lo hizo porque "no le venía bien". Según declaró ante el jurado, acuciada por las deudas, Francisca no pudo esperar más de dos semanas y acudió a reclamar su deuda a una mujer con la que, sin embargo, mantiene que "tenía una relación buenísima".
"Tenía que pagar el alquiler, la luz, el agua... y aunque vivía con mi pareja, no me ayudaba con la casa, sino que me presionaba mucho más para que aportara dinero", aseguró la joven. Al parecer, el 25 de enero de 2010 Francisca visitó a su víctima y tomó café con ella, pero no se atrevió a solicitarle la deuda, ya que "había sido muy amable con ella". La acusada reconoció que la señora siempre "se había portado muy bien" con ella, y que en algunas ocasiones incluso le había regalado "ropa, turrón o le había ayudado con sus gastos".
Por eso, al no "atreverse" a reclamar su deuda, Francisca se desplazó a casa de un matrimonio mayor que vivía cerca, para solicitarles ayuda económica. Como no pudieron satisfacer su petición, volvió a casa de María del Mar inventando otro pretexto y le reclamó los 80 euros que, según ella, le debía. La víctima le dijo que tenía que salir, que "tenía prisa" y que "la llamaría o le mandaría un mensaje cuando pudiera pagarle".
Según su defensa, "dejándose llevar por el nerviosismo" Francisca forcejeó con ella para reclamarle su dinero y le golpeó varias veces en la cabeza, primero con un jarrón de porcelana, hasta que se rompió. Después, María del Mar se desplomó, pero inmediatamente levantó para intentar huir.
La acusada intentó impedirle la huida y cogió "una figurita con forma de elefante" para golpearle repetidas veces en la cara y en la cabeza, hasta que quedó inconsciente en el suelo. Según dictaminaba el Ministerio Fiscal, a falta de que se aporten las pruebas judiciales en la jornada de hoy, la figura del elefante era de mármol macizo, por lo que, debido a su contundencia "le desfiguró la cara y le hundió el cráneo".
Varios vecinos del edificio declararon como testigos en el juicio, contando que, tras oir gritos y súplicas durante unos 10 minutos, llamaron a la policía, que sorprendió a la acusada escondida dentro de un armario. Francisca aseguró que la golpeó porque no quería que chillara. "Sólo quería que se callara, para que nadie se enterara", atestiguó. La acusada ya había sido condenada meses antes por hurto, que justificó por sus graves problemas económicos, según declaró "no quería volver a tener problemas con la justicia".
Una vez dejó a María del Mar inconsciente en el suelo, revolvió toda la casa en busca de sus cartillas de ahorros y de dinero en efectivo. Encontró una tarjeta de crédito y 78,15 euros, aunque no llegó a llevarse nada, ya que la Policía Nacional llegó antes de que pudiese abandonar la vivienda.
Su defensa alega que la asistenta "confesó sus actos, colaboró en todo momento con la investigación y asume sus responsabilidades". "No esperen sorpresas como en los juicios de las series americanas. No habrá testigos de última hora ni pruebas sorpresa. Sólo tendrán la palabra de la acusada, que reconoce lo que hizo y se arrepiente de ello", aclaró al jurado Elías Manrique, el abogado de Francisca.
Manrique, que actúa de oficio, aseguró que su defendida actuó "acuciada por su precaria situación económica" y por un "nerviosismo, que no pudo dominar". Por ello, asume su culpabilidad en un delito de homicidio y una falta de hurto en grado de tentativa, por el que aceptaría cumplir 10 años de prisión y pagar 65.000 euros de indemnización a los familiares.
Una petición muy similar a la de la Fiscalía, que solicita 11 años de cárcel por los mismos delitos e indemnización de 65000 euros y 5700 por el enterramiento. Pôr su parte, la acusación particular califica el delito de asesinato, al considerar que existió el agravante de "ensañamiento", por lo que eleva la solicitud a 20 años de cárcel y de otro de robo con fuerza en grado de tentativa.
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