Granada

Así luce la fachada del hospital San Juan de Dios tras su restauración

Ya se han retirado las lonas y los andamios.

Ya se han retirado las lonas y los andamios. / G. H.

La fachada del Hospital San Juan de Dios, que ha sido despojada de la lona que venía cubriéndola para su intervención desde el año 2020, ha dejado al descubierto la recuperación de todo su esplendor rescatando elementos originales que, debido al paso del tiempo, habían quedado escondidas. Todo ello, bajo supervisión directa de la Delegación de Cultura al ser el edificio, casa fundacional de la Orden Hospitalaria en el mundo, Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1980.

Las sucesivas modificaciones de la cota de acerado a lo largo del tiempo han producido el enterramiento parcial del basamento de las columnas de la portada del edificio, de tal manera que la cota se halla situada 25 centímetros por debajo del acerado, lo que repercute en la accesibilidad del edificio. Así, la necesaria intervención en el acerado ha obligado a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios a adelantar la retirada del andamiaje para poder nivelar el suelo respetando las pendientes máximas que determina la normativa para rampas longitudinales y laterales, y evitar posibles barreras arquitectónicas que limiten el acceso al edificio.

Esto está permitiendo a los granadinos disfrutar, antes de la finalización de la primera fase de la restauración del edificio, de la recuperación íntegra de la fachada, uno de los elementos del Hospital San Juan de Dios que ha sufrido más alteraciones a lo largo de los siglos como consecuencia de los cambios de uso de los espacios interiores. De este modo, el frontispicio que llegaba hasta nuestros días antes de ser acometida esta restauración integral del mismo como parte imprescindible de esta primera actuación restauradora del Hospital San Juan de Dios por parte de la Orden Hospitalaria, era el resultado de una intervención global previa realizada por la Diputación de Granada en 1954 bajo la dirección del arquitecto Ambrosio del Valle.

Esta intervención dio lugar a la creación de la imagen colectiva más reconocible para la ciudadanía con esa secuencia rítmica de huecos, con un tamaño único de ventanas en cada nivel y un revestimiento nuevo de mortero de cemento con un fingido de sillares tomando como referencia histórica la simulación de esos bloques de piedra ya en la intervención previa que tuvo lugar en el siglo XVIII. En esta actual intervención acometida por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios se ha eliminado el revestimiento de cemento de la fachada para ser sustituido por mortero de cal, material noble, natural y biodegradable, que permite la transpiración del muro pero le otorga la impermeabilidad que necesita y que, además, tiene un coeficiente de dilatación muy amplio, gracias a su plasticidad, y se ha recuperado el perfil de la cubierta, dejando vistas las canales, como estuvieron originalmente, contribuyendo a una mayor seguridad, perdurabilidad y conservación del edificio.

Además, se ha colocado un zócalo ventilado de piedra y se han mantenido los huecos que planteara Ambrosio del Valle con el objetivo de mantener esa imagen compositiva de la fachada, tan reconocible para los granadinos. "Descubrir a la ciudad de Granada el resultado final de la restauración de la fachada del Hospital San Juan de Dios -que corresponde a la primera crujía, espacio intervenido íntegramente en esta fase-, supone la confirmación del avance que se sigue progresivamente en el proyecto global de restauración de este edificio tan característico para los granadinos especialmente. El proyecto ha sido ambicioso al tener que estudiar en profundidad la historia de esta fachada y las diferentes opciones para abordar su restauración, siempre consensuadas con la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Granada”, explica el director del Centro de Gestión del Patrimonio Cultural Archivo-Museo San Juan de Dios, Francisco Benavides. “En ella han intervenido diferentes profesionales cualificados que han dado lo mejor de sí para que esta recupere su esplendor. Así, en esta dinámica la Orden desea seguir interviniendo en el resto del edificio hasta ver culminada la totalidad del conjunto monumental".

Recuperación de elementos históricos claves

La portada renacentista del Hospital San Juan de Dios que data de 1609 y fue costeada por Francisco Díaz de Lara y Ana de Covarrubias, fue diseñada por Asensio de Maeda y ejecutada por Cristóbal de Vílchez en dos materiales diferentes: caliza micrítica de Sierra Elvira y mármol blanco de Macael, jugando con el cromatismo de las piedras en tonalidades gris y blanco respectivamente.

La restauración de la misma ha permitido recuperar el estado de cada uno de los elementos de la misma tanto en composición, como en reconstrucción y cromatismo. El elemento estrella de esta portada es, sin duda, la escultura de San Juan de Dios, también en Sierra Elvira y Macael, cuyo cuerpo de vestiduras está tallado en una sola pieza y cuya imagen ha gozado siempre de un gran fervor devocional de todos los granadinos. Para la escultura se ha empleado una limpieza fotónica mediante laser, por ser más delicada, con objeto de conservar todos los detalles e incluso las huellas de los instrumentos con las que se labró. Así, el rayo láser discrimina entre la costra de tonalidad oscura y el color original de la piedra, de tonalidad mucho más clara, reflejando el haz de luz cuando contacta con el material pétreo original, no incidiendo sobre éste.

Esto ha permitido una limpieza en profundidad para redefinir el rostro, los rasgos y las facciones de San Juan de Dios, así como una posterior recomposición de elementos. Además, en la hornacina donde se aloja la escultura, el trabajo del equipo de restauración ha permitido descubrir una pintura mural que representa la habitación donde murió San Juan de Dios arrodillado en la ‘Casa de los Pisa’, actual archivo-museo de la Orden.

En cuanto a la intervención en la puerta de madera, otro de los elementos más reconocibles del edificio, se han añadido los clavos de bronce faltantes y se ha realizado una limpieza química con mezcla de disolventes para eliminar las capas de pintura y barniz superpuestas al material lígneo, y en algunas zonas concretas, una limpieza con microabrasímetro. Ambos procedimientos, junto a la consolidación y protección posterior de la materia, han permitido revelar la belleza de la madera de nogal primitiva que ya luce en su color natural.

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