Los hosteleros granadinos rinden homenaje a Carlos Navarro

El empresariado y las autoridades granadinas despidieron al que ha sido presidente de la Federación de Hostelería hasta finales de 2013, Carlos Navarro. Y como no podía ser de otra forma en el sector, lo hicieron con unas cervezas y unos vinos en un acto entre oficial y oficioso que se celebró ayer a mediodía en el restaurante Oleum.

A la cita acudieron desde el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, acompañado de los ediles de Turismo, Rocío Díaz; de Economía, Francisco Ledesma; o Comercio, Mónica Francés. También el vicepresidente de la Diputación, José María Guadalupe; la delegada del Gobierno Andaluz, Sandra García; o el presidente de la Cámara de Comercio, Federico Jiménez, entre otros.

Y, cómo no, compañeros del mundo de la restauración, como Luis Oruezabal, del Chiquito; Juan Cristóbal, del Hotel Carmen; Juan Cristóbal Pérez, gerente del Hotel el Carmen; el anfitrión de cóctel homenaje, Gregorio García, y una larga lista de nombres hasta llegar a los cincuenta asistentes.

Y también unos invitados especiales que vinieron de Madrid para participar en el reconocimiento público de Carlos Navarro: la duquesa de Galatino y su esposo.

Se trató de un sencillo acto que, como es tradicional, organizó la Federación para sus presidentes cuando dejaron de serlo, que en este caso no estaba sufragado por la asociación, por lo que cada uno de los participantes aportó de su bolsillo la cuantía de la celebración. El encargado de ofrecer el discurso con el que se repasan los logros del mandato de Navarro fue el actual presidente, Trinitario Betoret, que aprovechó su intervención para reivindicar "la figura de los empresarios-presidentes" en este tipo de actividades que "sin ningún tipo de retribución representa al sector, dejando sus actividades empresariales, familiares y personales para dedicarle mucho, muchísimo tiempo a la noble tarea de defender los intereses del sector".

Betoret recordó que "Carlos llegó a la presidencia de la Federación sin votación, aclamado por el Consejo de la misma, en uno de los momentos más delicados para la supervivencia del organismo" en este caso "por divergencias en el seno de la misma" hoy ya superadas gracias al esfuerzo de muchos presidentes pero sobre todo por "la impronta y prudencia de Carlos Navarro", que definió como "piedra angular para superar aquella situación".