La ilusión del dinero fácil dispara el gasto en quinielas en más de un 10%
En la recién finalizada Liga apostaron 668.322 euros más que en la anterior · El delegado de Apuestas del Estado cree que la tendencia se mantendrá "porque todos esperan que un euro cambie su vida"
Se ve que Luis Enrique González-Simarro está al día y opta por el humor socarrón: "Normalmente, el incremento de gasto en apuestas va asociado a esa palabra innombrable", explica, y se ríe. El delegado en Granada de Loterías y Apuestas del Estado elude hablar de crisis, aunque obviamente la palabra está en el contexto.
El contexto es que los granadinos gastaron 7.002.641 euros a lo largo de la temporada 2007-08 en quinielas y 170.887 euros en un juego derivado del anterior y relativamente nuevo, llamado Quinigol y en el que no hay que averiguar qué equipo gana (o si empatan), sino el resultado del partido.
En el caso de la quiniela tradicional, el avance se traduce en un incremento de 668.322,50 euros respecto a la temporada 2006-07 (o, en términos porcentuales, un 10,55) y, en el segundo, de 40.055 euros (un 30,62% más).
Traducido a número de habitantes: en la temporada futbolística que finalizó el mes pasado, cada granadino gastó en quinielas 7,92 euros y 0,19 en quinigol. En la anterior, invirtió 7,23 y 0,15, respectivamente.
La situación que se da en Granada no difiere, además, de la que se produce en el resto de España. O sea, que o hay una repentina fiebre por las quinielas o, lo que parece más probable, esa tendencia de confiar en la suerte ante la crisis es generalizable.
"Si lo piensa fríamente, cualquiera puede llegar a la conclusión de que, a cambio de un gasto de un euro, se le pueden eliminar las complicaciones económicas de por vida", justifica González-Simarro, a quien los datos, desde luego, le dan la razón. Su pronóstico -y esto no es un juego de palabras- es que la tendencia va a mantenerse. "La gente no va a renunciar a apostarse un euro porque lo que puede obtener a cambio es muchísimo. Puede que prescinda de un café o de una copa, pero no de eso", insiste.
En cuanto a la asociación entre crisis e interés creciente por el juego, cree que está clara y que lo que está ocurriendo en estos momentos es, en cierto modo, como la moraleja de un conocido cuento. "Hemos vivido muy alegremente en los últimos años. Hemos sido más cigarras que hormigas", afirma. No lo añade él, pero parece demostrarse que, ahora que vienen tiempos malos, seremos hormigas en cualquier otra cosa.
El delegado de Loterías y Apuestas del Estado dice carecer de datos que demuestren que las personas de menor capacidad adquisitiva son las que más invierten en juegos de azar. Es posible que sí, pero, como apunta, también es algo que le puede interesar hasta a los más ricos. "Todos pueden tener ilusión por acertar", apunta.
Lo que está por ver -se comprobará ya el año que viene, cuando salgan las estadísticas oficiales del ejercicio en curso- si también se ha incrementado el gasto en las otras muchas formas de apostar que se han popularizado en el país. Todo hace indicar que así será porque el aliciente no parecer ser el demostrar que se sabe más de fútbol. Acertar seis números también reconforta.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por APDI Group
Contenido ofrecido por el Circo Encantado
Contenido ofrecido por Aguasvira
Contenido ofrecido por Restalia