La industria del fútbol llega a la ciudad de las vacas flacas

Granada puede beneficiarse este año del negocio del 'deporte rey', un empujón para una capital con economía de servicios · Pero sólo funcionará si hay inversión, lo que supone una dificultad en estos tiempos

La afluencia al campo de la afición del Granada ha sido mayor esta temporada que la media de los equipos de Segunda.
La afluencia al campo de la afición del Granada ha sido mayor esta temporada que la media de los equipos de Segunda.
Lola Quero / Granada

30 de mayo 2010 - 01:00

Dicen que en esta ciudad el fútbol, y el Granada CF, es algo más que una afición. Es un sentimiento. Ese sentir de siempre, de lamento y pena durante muchos años, no sólo puede tornarse ahora en pura alegría, sino en una vía de negocio, una fuente de riqueza general para el entorno.

Sin lanzar las campanas al vuelo, porque la Segunda División no es más que la punta del iceberg de la poderosa industria del fútbol, se puede decir que el ascenso a la categoría de plata del equipo de la ciudad se convertirá en una fuente de ingresos extra. Y no sólo para el club, sino para gran parte del tejido empresarial granadino, cada vez más concentrado en el sector servicios.

Para una ciudad que, una vez aniquilado el negocio de la construcción, vive fundamentalmente del turismo y todo tipo de servicios, resulta un verdadero aliciente contar con un equipo de fútbol que arrastra afición y compite cada semana con representantes de ciudades de toda España.

El problema es que, como en cualquier negocio, sólo se pueden recoger frutos con apuestas económicas. El ascenso sólo servirá para algo a medio y largo plazo si se consigue, por lo menos, la permanencia en la categoría. Y para ello hará falta dinero, como no se ha dejado de repetir estos días de celebración desde todas las partes afectadas.

Pero una cosa es predicar y otra es dar trigo, porque en momentos de euforia prometer es lo fácil. La ciudad se encuentra sometida por la falta de recursos económicos. El Ayuntamiento al borde de la quiebra; la Junta, con medidas excepcionales de recorte para reducir el déficit; y las empresas, arruinadas algunas de las más fuertes (las de la construcción) o en clara contención de gastos. La oportunidad para el Granada CF no ha podido llegar en peor momento.

¿De dónde se rascará el dinero? A la vuelta de Alcorcón, el alcalde no tardó en plantear la necesidad urgente de una reunión de fuerzas sociales para aglutinar esfuerzos. La Diputación tuvo un gesto providencial al aprobar el día de la gloriosa recepción una ayuda para el equipo que estaba pendiente. La Junta también tuvo un gesto cuando le llegó su turno de homenaje. Prometió colaboración económica a través de empresas asociadas a la Administración Autonómica. Turismo Andaluz reparte cada año 300.000 euros a cada equipo del territorio que está en Segunda. Este año tendrá que agregar al Granada CF. Si es escaso, eso ya es otra cuestión.

Las experiencias pasadas -una de las más recientes, la de los vuelos baratos- demuestran que en esta ciudad es difícil la unión para poner dinero encima de la mesa. Pero a lo mejor lo que los números y los razonamientos anteriores no han conseguido, se obtiene ahora vía sentimiento futbolero.

La cuestión es si ese esfuerzo económico en un tiempo tan complicado como éste tendrá retorno suficiente. Es difícil de saber porque hasta la fecha nadie ha realizado un estudio serio sobre ello en esta ciudad, a diferencia de otras de España, en las que las asociaciones empresariales no han tardado en hacer exámenes exhaustivos de la incidencia en la ciudad de cada paso relevante que da su equipo de fútbol.

Las previsiones son a ojo. Se cuenta de entrada con que la ciudad acogerá a los aficionados de equipos de toda España que se desplacen hasta Granada. El Ayuntamiento maneja cifras de una media de 1.000 desplazados por partido (aunque sólo se hospedan entre el 10 y el 20%, dependiendo del lugar de origen).

La hostelería, la restauración y el comercio son los sectores más directamente beneficiados y por ello será a éstos a los que se les pida implicación económica en la apuesta por la permanencia. En Granada se cuenta también con el atractivo propio de la ciudad como aliciente extraordinario para que los aficionados se desplacen para acompañar a su equipo y, de paso, hacer turismo. Por eso, se espera que la media de visitantes esté por encima de la ratio de otros lugares.

Por otra parte, se espera que el efecto no sea puramente económico a corto plazo, sino de ganancia de imagen, algo crucial para una ciudad turística como Granada.

Pero las ciudades y los equipos con experiencia reciente en Segunda saben que el verdadero maná está en la Primera División. No sólo en el plano deportivo, sino también en el económico. El verdadero salto, el que provoca que se muevan millones de euros está ahí, y por tanto, ésta debería ser la apuesta en una ciudad que disfruta de pocas oportunidades.

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