Tras los tres meses de parálisis del estado de alarma, llega un trimestre complicado en el que se pondrán todos los esfuerzos posibles por evitar rebrotes del coronavirus y en el que no se verán brotes en una economía maltrecha. Si las desigualdades ya estaban antes, la crisis sanitaria del Covid-19 ha agudizado todos los problemas sociales derivados de la pobreza, hasta el punto de que las peticiones de ayuda para atender derechos básicos en la provincia de Granada han crecido un 80% durante la pandemia.

El informe de Cáritas sobre su actividad a nivel local en el año 2019 está marcado, inevitablemente, por un nuevo contexto en el que la emergencia crece. No obstante, sirve para poner en contexto que ya había indicadores muy preocupantes en el ejercicio pasado y que centrarán más si cabe la atención a partir de ahora. Además del incremento del número de personas que han solicitado ayuda a esta organización (de un 4% en el año anterior y de un 80% por la pandemia), la otra principal conclusión que se saca del balance es la alarma habitacional.

Empatía es la palabra a la que aludían expertos del mercado de la vivienda para señalar que a partir de ahora los propietarios y los arrendatarios iban a tener que llegar a nuevos acuerdos en sus contratos. De hecho, durante los últimos meses se han producido moratorias en el pago de hipotecas o acceso a préstamos para alquileres y suministros básicos que junto a las ayudas de la vivienda han provocado que en Cáritas no hayan tenido que dar tanta respuesta a esta situación, pero son conscientes de que será uno de los grandes frentes de acción en los próximos meses.

Así, tal y como ha señalado la directora de Cáritas Granada, Luisa María Maeso, durante la presentación de la memoria "una vez finalizado el estado de alarma esta moratoria conllevará que las familias, debanhacer frente durante varios meses a más del doble de gastos". Por tanto ha añadido que esta nueva crisis del coronavirus "no sitúa aún más cerca de una posible emergencia habitacional, ya que más del 70% de las personas atendidas viven de alquiler".

Cuatro de cada diez personas atendidas por Cáritas en Granada no disponen de ingresos

Pero la situación, agravada por la pandemia, no es nueva sino que los datos del año 2019 que ha presentado Cáritas ya reflejaban un incremento en el número de personas que se han visto obligadas a optar por el régimen de realquiler como medida para reducir costes así como el aumento de alojamientos compartidos en detrimento de la vivienda individual.   

El incremento de la demanda de personas en situación de exclusión social y el nuevo pánico por la 'crisis de techo' marcan un informe de Cáritas relativo al año 2019, en la que esta institución religiosa invirtió seis millones de euros en la provincia para ayudar a cerca de 7.000 personas en la Diócesis de Granada. Datos que sirven de partida para detectar el enquistamiento de la pobreza en la provincia y para trabajar sobre un nuevo contexto más duro en el que habrá que readaptar el modelo de ayuda.

Según Cáritas, los perfiles de los demandantes de los últimos meses son familias con hijos menores, sin recursos económicos, cuyo sustentador principal dispone de un trabajo eventual, precarizado o marginal y que a causa del estado de alarma han dejado de percibir ingresos. Se trata de hogares con serias dificultades de acceso al mercado laboral en una tesitura preocupante. Pero como ocurre en los anteriores indicadores, la cuestión ya venía coleando de 2019, un año en el que el 60% de las personas que estaban en condiciones de trabajar se encontraban desempleadas y un 15% desempeñando un trabajo normalizado o de economía sumergida.

En la presentación del informe, la directora de Cáritas Granada ha lanzado la advertencia de que "una vez más observamos cómo esta nueva crisis no está siendo igual para todos. Siendo los más vulnerables quienes están sufriendo más intensamente sus consecuencias".

Por su parte el Delegado Episcopal de Cáritas en la diócesis de Granada, Alfonso Marín, ha puesto de manifiesto "el reto que esta crisis ha planteado y plantea a las comunidades parroquiales para continuar su labor de acompañamiento a las familias más vulnerables".

Entre las cuestiones que desgrana la memoria se apunta que el mayor volumen de recursos destinados por Cáritas a lo largo de 2019, por este orden, fue para mayores y discapacitados (2,8 millones), empleo y talleres prelaborales (733.292 euros); y familia, infancia y juventud, mujer e inmigrantes (187.572 euros).