Los inspectores cortan el 33% de las bajas y obligan al paciente a volver al trabajo
El servicio de valoración de las incapacidades de la Delegación de Salud revisó en 2008 casi 17.000 procesos de baja y ordenó el alta directa en tres de cada diez
La picaresca nunca se acaba. Y uno de los campos donde hay más experiencias es el de las bajas laborales, utilizadas por muchas personas para estar más tiempo del necesario sin trabajar pero cobrando o simplemente para tener unos días libres por motivos personales.
Para evitar 'fraudes', los inspectores sanitarios revisan cada año miles de partes de baja (incapacidades temporales) para ver si son realmente justificadas o no. Y los datos dan que pensar. En 2008, los inspectores de la Delegación Provincial de Granada cortaron el 33% de las bajas revisadas por injustificadas o tener un exceso de tiempo, según los datos facilitados desde la Unidad Médica de Valoración de Incapacidades (UMVI) de la Delegación de Salud.
"Llevamos dos tipos de control de las bajas. El directo, citando al paciente para que acuda a nuestras instalaciones para revisar su parte médico y decidir sobre la baja, y el indirecto, entrevistando a médicos de familia que las prescriben, valorando su cupo de bajas y su idoneidad, y solicitando informes médicos", explicó la directora de la Inspección Provincial de Servicios Sanitarios, Carmen González Campos.
En 2008, revisaron las bajas de 16.664 pacientes del total de personas de baja laboral en la provincia. Normalmente, se citan a las personas con bajas de larga duración, según el diagnóstico, por sobrepasar el tiempo estándar estimado para cada patología, por profesión y por sufrir bajas reiteradas en poco tiempo. De las casi 17.000 incapacidades temporales (IT) revisadas "se dio alta directa de inspección al 33%". Es decir, cortó la baja laboral por considerarse excesiva en el tiempo o injustificada por el estado de la patología. Algo menos que en el año anterior, cuando esta cifra ascendió al 37%.
De forma que el paciente se marcha de la inspección con el parte de alta firmada y la orden de incorporarse al día siguiente a su puesto de trabajo. "Además, en los seis meses siguientes la próxima baja laboral que necesite tiene que estar autorizada por nosotros", explicó la directora.
Muchas veces el solo hecho de citar a las personas a la inspección funciona como medida disuasoria y antes de que llegue el día de presentarse en las oficinas el paciente se ha dado de alta. Puede pasar hasta en el 10% de los casos, por lo que se considera una forma de alta indirecta, al igual que las veces que se ordena al médico que de el alta sin pasar el paciente por la inspección.
En el servicio de Salud también se trabaja por ley en colaboración con el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y las mutuas. "Nos mandan propuesta de alta tras valorar al enfermo y nosotros las autorizamos o no". En 2008 estudiaron 2.686 procesos del INSS y 1.540 de las mutuas para control de IT y altas laborales.
Las citas en la inspección se realizan a todos los trabajadores, sea cual sea su sector laboral, autónomos y hasta del régimen agrario. Aunque por los programas de control existentes en la Administración pública, el mayor porcentaje "son trabajadores públicos y de grandes empresas".
Por lo general, se manda una carta al médico de familia que firma la baja para que la entregue al paciente o bien se cita por teléfono y en ocasiones por burofax. "Se le da un día y una hora para que acuda. Nosotros ya tenemos sus informes y se valora la situación clínica y la evolución así como la característica de la profesión ya que no interfiere lo mismo una patología en dos trabajos distintos", dice González.
Si no se da alta directa, se somete el caso a sesión clínica (hay dos por semana) y se debate el alta o seguir manteniendo la baja.
El 70% de las incapacidades temporales son por dos grupos de patologías. Por un lado las del aparato locomotor (cervicalgia, lumbalgia, hombros dolorosos, ...) y por otro la ansiedad y la depresión. También son las más difíciles de demostrar su curación, aunque "para eso hay unos baremos que detallan los signos y síntomas y nos dicen si la persona, aunque se medique, puede realizar su trabajo".
La persona tiene la posibilidad de recurrir si no está de acuerdo con el alta dictada por la inspección, aunque no es una herramienta muy utilizada. Sólo el 8% de las altas directas se reclaman. En ese caso se valora otra vez la situación y se vuelve a dar un dictamen.
En la UMVI de Granada trabajan siete inspectores, cuatro subinspectores y doce administrativos coordinados con la red de médicos de familia.
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