Más de cien internos de Albolote serán derivados al futuro Centro de Inserción

Un centro "moderno y bien dotado", pero también un respiro, aunque seguramente no sea muy duradero, para el saturado Centro Penitenciario de Albolote. El futuro Centro de Inserción Social (CIS) de Granada podrá albergar a más de cien internos que ahora ocupan una plaza en la cárcel.

Se trata de presos que, por estar catalogados de tercer grado o por cumplir condenas cortas, sólo pernoctan -y en muchos casos también asisten a cursos terapéuticos o de formación- en Albolote. La sección abierta de ese penal alberga ahora a 90 hombres y 15 mujeres. No sólo está al cien por cien de su capacidad, sino que se ha creado una lista de espera para acceder a ella donde hay otras treinta personas, fundamentalmente internos a la espera de que se les conceda el tercer grado.

Por motivos de diversa índole, no todos ellos van a poder ser derivados al Centro de Inserción Social , pero sí es probable, según confirmaron fuentes penitenciarias, que el edificio que en su día fue la cárcel de Granada, cuya obra de reforma encara su recta final, pueda ser el lugar donde duerman -y en su caso también trabajen- un centenar de personas que ahora lo hacen en las instalaciones de Albolote.

El desahogo es significativo, teniendo en cuenta que allí hay ahora una población de dos mil reclusos. Aunque es cierto que 180 de ellos no pernoctan en la cárcel porque están controlados por medios telemáticos, aun así puede considerársele un centro saturado. Lo ideal sería que no superara los 1.700 internos.

Pero es que la ayuda que le puede proporcionar el CIS de la capital granadina va más allá. Según explicó ayer la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, que visitó las obras, es un destino bastante probable para algunos presos "a los que por ahora la junta de tratamiento de Albolote no clasifican como de tercer grado porque, "aunque tengan pequeñas condenas y no sean reincidentes, hasta ahora no disponíamos de una infraestructura en buenas condiciones para continuar con ese trabajo que hay que hacer para que una persona, por ejemplo, deje la droga, o bien se apunte a un programa contra el abuso de alcohol o de reeducación en tráfico", explicó.

El CIS, de hecho, será el lugar donde puedan cumplir las penas alternativas de trabajo en beneficio de la comunidad los conductores condenados en aplicación de la Ley de Tráfico. Ese y otros cambios en la legislación han propiciado un crecimiento de la población reclusa en los últimos años, lo cual, según Gallizo, hace más necesario que nunca la creación de centros de inserción como el que en dos o tres meses entrará en funcionamiento en Granada.

De hecho, enfatizó que ha sido y es una prioridad para su departamento. "Cuando llegué a la entonces llamada Dirección General de Instituciones Penitenciarias habría tres o cuatro en toda España y la previsión es alcanzar los treinta en los próximos años", recalcó.

Por lo demás, Mercedes Gallizo dio algunos datos técnicos sobre las nuevas instalaciones -modernas y bien dotadas, subrayó-, como que constarán de 150 celdas dobles y se complementarán como servicios como aulas para reeducación, espacios para programas de tratamiento, talleres ocupacionales y, como novedad, también talleres productivos "para que los que no tienen trabajo en el exterior puedan desarrollar uno aquí dentro".

El CIS se denominará Matilde Cantos Fernández, en recuerdo de la granadina que en 1933 se integró en el Comité Nacional de Mujeres de la II República.